CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.- Pedro Armando es un pequeño gran guerrero que desde que estaba en el vientre de su madre luchaba al aferrarse a la vida y crecer, aunque su llegada a este mundo fue a los seis meses de gestación y con 940 gramos de peso y 34 centímetros, hoy a los siete años puede decir que paso a paso va por más vida y desarrollo.
Su padres Pedro Elías y Carmen Angélica, llevan al pequeño Pedro Armando a terapias al CREE todos los días de la semana, tiene terapia física lunes, miércoles y viernes y de lenguaje martes y jueves, a veces trabaja una hora, otras veces 30 minutos.
De recién nacido Pedro Armando sufrió dos paros respiratorios, lo cual ocurrió en el Issste de Monterrey, recuerda su padre; “aquí no se hubiera logrado, nació con displasia bronco pulmonar”.
La situación era difícil para ellos, porque tras los paros que sufrió estuvo conectado; “Se nos preguntó si lo desconectábamos”, como en la vida lo último que muere es la esperanza, ellos dijeron que no, y a los dos días el pequeño de menos de un kilogramo de peso, empezó a reaccionar, “los doctores estaban maravillados”, recuerda.
Pero con las afecciones respiratorias o paros que sufrió perdió neuronas en su cerebro que le dejaron espacios, lo que provocó que le diera un tipo de hidrocefalia; es decir, los espacios o huecos se llenan con agua, pero no es la hidrocefalia que hace que crezca la cabeza.
Pedro Armando ha sufrido varias cirugías, en sus primeros años de vida, los doctores les decían a sus padres que el niño jamás iba a caminar porque además de la displasia pulmonar, tenía cadera luxada y espacidad.
El cuerpo humano es maravilloso, insiste Don Pedro Elías, que recuerda cómo llegaron al CREE hace años y operaron a Pedro Armando del problema de su cadera luxada en el CRIT de Altamira.
Pero además, Pedrito fue candidato y beneficiario de la cirugía Ulzibat, realizada por doctores rusos para reducir los problemas de espacidad que son los que limitan la movilidad.
Es difícil en lo económico atender todas las necesidades de una enfermedad así, pero también se debe agradecer que uno se haya encontrado en el camino muchos ángeles, como a funcionarios del Sistema DIF Tamaulipas, el CREE, el CRIT y a muchos médicos que han atendido a Pedro.
El método Ulzibat es una técnica quirúrgica que permite tratar la espasticidad o rigidez muscular de niñas y niños afectados por parálisis cerebral, a través de una cirugía denominada Fibrotomia Gradual Muscular.
Ese procedimiento quirúrgico se realiza bajo anestesia general y se utiliza para tratar las secuelas de la parálisis cerebral (espasticidad) practicado sobre el sistema muscular externo del paciente.
Consiste en realizar con escalpelos pequeñas dimensiones, diseñados para tal fin denominados microfibrolotomos, cortes al músculo espástico -rígido o contracturado-, que permite su liberación.
Esa cirugía permite al paciente mayor rango de movilidad, dependiendo del grado de afectación que cada uno tenga, pero mejora la deambulación y manipulación de objetos en pacientes con parálisis cerebral espástica, reduciendo además el dolor muscular, dice Eva Gutiérrez responsable de los Centros de Rehabilitación Integral (CRI) y Unidades de Rehabilitación (UR) del Estado.
Hoy Pedro; tras pasar sus primeros seis años de vida en una silla de ruedas ya puede caminar con apoyo de un andador, corre, vuela, va a una escuela primaria regular, se integra socialmente.
Sus padres tienen fe y la seguridad que con el paso de las semanas o meses, con el apoyo de terapias, pueda utilizar solo bastones y porque no, tienen esperanza y fe de que en un futuro no muy lejano pueda caminar por sí solo.