Por esas cosas singulares que tiene la política, flota en el ambiente la posibilidad de que en la próxima elección se enfrenten en la boleta por la alcaldía de Victoria, dos familiares directos: Carlos Morris Torre por el PRI y Luis Torre Aliyán por el PAN. Por lo menos ambos andan en pleno activismo.
No sería la primera vez que dos familiares -primos, en este caso- compitan por el mismo cargo. En lugares como Veracruz, por ejemplo, los Yunes priístas y los Yunes panistas tienen varios años disputándose el control de varios municipios donde han dejado descendencia.
Lo curioso del caso que nos atañe sería ver cómo Carlos y Luis hacen malabares para desentenderse de su tío, el último ex gobernador priísta de Tamaulipas, a quien los de su partido le reclaman haber permitido que el PRI perdiera la elección, y los panistas le achacan, como a todos los priístas, muchos de los males que aquejan a la entidad.
Es evidente que los primos hacen todo lo posible para parecer ajenos a un pasado que les dio para vivir y para dar los primeros pasos a uno en la política y al otro en el ejercicio profesional.
Será, por lo menos, interesante ver hasta dónde llega Carlos -el priísta- si le piden su postura sobre el legado del ex gobernador, o cómo se vuelve a esconder Luis -el panista- para que no le anden recordando el abolengo tricolor de su apellido.
Ahora que a fuerza de ser sinceros, habría que apuntar que ninguno de los dos tiene el camino seguro hacia la candidatura; es más, ni siquiera podríamos decir que tengan demasiadas posibilidades.
El paso del Torre priísta por el Congreso fue bastante desangelado, en una Legislatura en la que a los de su bancada los agarraron de “punching bag”. Y al Torre panista, en su papel de síndico actual del Ayuntamiento de Victoria, se le recuerda más por sus escapadas a San Miguel de Allende, que por cualquier otra aportación.