“Las aguas que bañan las costas de Tamaulipas, son las mismas del Golfo de México de donde emerge este nuevo grupo feminista radicado en el vecino estado de Veracruz”
Y no preciso que vuelva la edad media para declararme abiertamente de lado de las brujas; esos seres mágicos antes estigmatizados porque nos han contado mal el cuento, toman nueva significancia en nuestra era, salen del mar y nos contagian de su ilusión por un mundo mejor para las mujeres.
Hoy “Las Brujas del Mar” son las magas que enarbolan la bandera del feminismo nacional, colectiva de mujeres que pisa tan fuerte esta tierra, que provocó el histórico, masivo y estruendoso: “Un día sin nosotras”.
Las aguas que bañan las costas de Tamaulipas, son las mismas del Golfo de México de donde emerge este nuevo grupo feminista radicado en el vecino estado de Veracruz; ellas, que han logrado hacer tanto ruido mediático con su movimiento ahora están comprometidas a echar más para delante, por los derechos humanos de las mujeres.
En entrevista exclusiva para Radio UAT, la emisora de la Universidad Autónoma de Tamaulipas platique con Nohemí Tolentino, integrante y fundadora de la colectiva que recién se formó, hace apenas seis meses, y me dice que fue a partir conocer de cerca la violencia contra las mujeres que se registra en su puerto, que se vieron obligadas a salir del ostracismo y tomar la causa por propia mano.
Me confía que no esperaban la magna respuesta nacional a la convocatoria del paro, también se sienten abrumadas por tantos medios de comunicación que ahora las buscan para hacer eco de su movimiento, pero están listas, para prepararse, capacitarse en derechos humanos, educarse más en el feminismo, asesorarse con especialistas para fortalecer su activismo y “trabajar en el músculo de la sororidad”, empezando con un pacto de “no agresión” entre mujeres.
La colectiva feminista la integran cerca de treinta mujeres, en edades que oscilan entre los 18 a los 30 años, todas disímbolas, madres solteras, estudiantes, trabajadoras o jefas de familia, que coinciden en este tiempo y espacio resueltas a ocuparse de una grave problemática social que llama a la emergencia, los feminicidios y cualquier expresión de violencia que afecta a las mujeres.
A Nohemí, una vivencia personal le despertó la conciencia feminista, viajaba en el transporte público donde una mujer era atacada por un hombre machete en mano y constató que ningún pasajero reaccionaba, y decidió parar ese acto y empezar a visibilizar lo que para muchos aún es normal, las agresiones, el acoso, la desigualdad, la inequidad e impunidad que impera en casos de violencia hacia la mujer.
“La igualdad de género es una manera de transformar el poder que producirá beneficios para toda la humanidad” sostiene Antonio Guterres en su mensaje al mundo por el Día de la Mujer; considera que hay un fuerte retroceso en las protecciones jurídicas contra la violación y el maltrato doméstico y que los derechos sexuales de las mujeres están bajo amenaza. Reconoce que siglos de discriminación y patriarcado han creado una gran brecha de poder entre los géneros. Y llama a la creación de la Generación de la Igualdad, donde son las mujeres jóvenes las que encausan los nuevos liderazgos.
Por eso y en buena hora, Las Brujas del Mar han llegado a puerto, a una nación que afronta los mismos retos globales del feminismo, más los locales con el marcado machismo que hay que derrocar, que necesita de mucha acción y valentía colectiva para cambiar el rumbo, pero no están solas, hoy estamos con ellas, esperanzadas seguiremos su huella, y como dicen en sus tuits: “que lo que la sororidad unió, el patriarcado y el Estado no lo separe”