Que difícil escribir cuando todo va mal.
Para todo el mundo este 2020 va lento, los días y las noches se nos hacen eternas, estamos inmersos en una pandemia mundial que nos agobia, el miedo está dentro de nuestras casas, la salud es primero, lo sabemos, pero los políticos en vez de serenarse y estar a la altura de estos tiempos aciagos, nos inquietan.
Todo comunica, ¿Que nos habrá querido decir el Presidente al saludar de mano, sin Susana distancia, a una viejecita nonagenaria trepada en su camioneta blanca blindada, en un apartado pueblo de Sinaloa?
¿Qué quiere demostrar al país y al mundo entero, al dar continuidad, sin mover un ápice, su agenda política? ¿Se cree inmune al juicio social?
La actitud de rebeldía política, soberbia en algunos momentos y de burla en otros, basándose solo en su conveniencia, es como echarle más gasolina al fuego en estos tiempos donde los que nos hemos quemado con leche, hasta al jocoque les andamos soplando.
Estamos encerrados, contenidos y colaborativos, dejando en manos de las autoridades la conducción de esta emergencia sanitaria, pero cuando creemos que ya hemos visto de todo, que ya a México le ha pasado de todo, la realidad nos rebasa y nos acongoja.
A los males de salud pública y de economía donde el precio del huevo, el tomate y hasta el maíz se nos va de las manos, le agregamos ahora el sentimiento de impotencia que nos invade al no encontrar respuestas a ciertas actitudes como las presidenciales. La crisis existencial por no saber el rumbo que ha tomado esta nación, supera cualquier pandemia.
Este 30 de marzo se conmemoró el Día Internacional de las Trabajadoras Domésticas, las mujeres que llevan el trabajo de las casas, el remunerado y el no remunerado, desde el gobierno mexicano no hubo ningún pronunciamiento acerca de las 2.4 millones de personas que realizan este trabajo en el país, donde como reconoce la CONAPRED el 98 por ciento no tiene contrato y ni certidumbre laboral.
En esta cuarentena sanitaria, este sector laboral está en riesgo, muchas fuera de su hogar, asistiendo en otras casas, poniendo en riesgo su salud y sin seguridad médica.