Es entendible, hasta cierto punto, el estado de ánimo de la Secretaria de Salud en Tamaulipas, Gloria Molina, a la que se ha visto y oído de mal carácter ante la prensa en Victoria, si nos planteamos el peor de los escenarios para el
Estado ante la pandemia de Coronavirus.
Así es mis queridos boes, el peor de los pronósticos, de acuerdo al alcalde de Madero, Adrián Oseguera, Tamaulipas podría enfrentar hasta 40 mil contagios y la muerte de unas mil 700 perdonas a consecuencia del Covid-19.
El escenario, dijo ayer en entrevista el Presidente Municipal les fue presentado por Molina en la reunión a distancia que tuvieron el martes todos los alcaldes con el Gobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca, además del ‘team’ de Salud que hace frente al virus.
“Tuvimos una videoconferencia con la Secretaría de Salud y con los alcaldes de los 43 municipios, si esto se sale de control en caso de pensando mal, pudiéramos estar llegando a los 40 mil casos en Tamaulipas y más de mil 700 muertes, fue el pronóstico que se hizo”, así lo dijo.
Como lo advierte la Secretaria Gloria Molina, en la versión de Oseguera, hablamos del peor de los escenarios, de salirse de control las medidas de contención, pero si todo sale como se está planeando, si las medidas que se anticiparon en Tamaulipas a las nacionales, entonces nuestra entidad será de las que tenga mejores cifras a la hora del recuento de víctimas mortales por el virus.
De cualquier forma, lo que nos toca a usted y a mi y al resto de los tamaulipecos es cuidarnos, exagerar en las medidas de aislamiento, exagerar en la sana distancia de nuestros seres queridos, principalmente nuestros padres y abuelos.
Y reitero en el tema de la empatía, esa que le ha hecho mucha falta al gobierno federal de Andrés Manuel López Obrador, que tiene en desuso hasta la más básica de las lógicas cuando presume de primero los pobres.
Se dice un gobierno humanista que dará todo su apoyo a los más desprotegidos, rechaza hasta ahora todas las solicitudes de la Iniciativa Privada de postergar el pago de impuestos, aportar para el pago de sueldos o subsidios ante el paro obligatorio por la emergencia.
Ayer de hecho la 4T reiteró en rueda de prensa que los empresarios no pueden despedir empleados por la contingencia, pero al mismo tiempo les ordenó frenar toda la producción que no sea esencial.
Decenas de maquiladoras de autopartes en Tamaulipas, así como centros
comerciales, negocios de muebles, autos y un sinnúmero de centros de trabajo dejan de operar y producir; eso significa que no obtendrán ganancias.
Pero más allá, esos negocios y empresas que dejan de ganar, ya tienen millones en pérdidas y sumarán muchas más al cierre total. Todo al tiempo en que el SAT y la 4T les exigen el pago de impuestos.
Tal vez Carlos Slim quien ha sido el hombre más rico del mundo y lo sigue siendo de México tenga para sostener a sus empleados uno, dos o tres o más meses sin trabajar y con los sueldos íntegros.
Pero el pequeño empresario, el que en tiempos normales hace malabares para pagar la nómina y los impuestos, esos que sostienen los programas populistas y electoreros de AMLO no van a aguantar.
Las víctimas no serán sólo los pequeños empresarios, serán pues los más pobres que perciben un sueldo en esas miles de empresas que van a cerrar por quiebre. Con su venganza en contra de todo lo que signifique IP o que no sea pobre, AMLO no se da cuenta que en realidad está afectando a los que dice defender, proteger, porque los está sentenciando a perder el trabajo.
Tamaulipas y México, estamos apenas en la antesala de uno de los peores episodios de nuestra historia, uno que puede desmantelar nuestra economía, que llenará los panteones, que colapsará el sistema de salud y hará trizas la planta productiva, la grande y la pequeña.
Es cierto, los empresarios tienen que ver más de lo legal por sus empleados, pero no se les puede exigir que asuman los costos de una pandemia que no provocaron y no tendrían que pagar por la falta de previsión que el gobierno federal tuvo ante el virus.
También es cierto que quienes somos empleados debemos ser consientes de que tenemos que hacer sacrificios por mantener nuestra fuente de trabajo, porque una vez que se vaya el Covid-19 podemos simplemente darnos cuenta que la crisis que éste provocó nos dejó sin ella.
Empatía es el secreto, pero no solo de los patrones y de los gobernantes, empatía de todos con todos, eso incluye a gobernados y empleados, de otra forma no va a alcanzar ningún esfuerzo para reactivar al estado, al país, a la empresa de la que cada uno de nosotros hoy, todavía, obtiene el sustento de nuestras familia.
Pero volviendo al estado de ánimo de la Secretaría Gloria Molina, habría que recordarle que estamos todos en el mismo barco, que como ella lo ha advertido viene lo peor y tenemos que serenarnos, ojalá que ella pueda tener el apoyo de una vocería que en plena crisis ha demostrado que no ha estado a la altura.
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