“Psicólogos piden cambian los pensamientos negativos como el “me voy a contagiar, me van a despedir, vamos a estar un año entero en cuarentena”, que sólo son ideas que provocan miedo y que afectan nuestro bienestar”
En un mundo cada vez más interconectado, principalmente por los medios digitales en la era de las redes sociales, se creía hasta hace unas semanas que estábamos cada vez más separados físicamente, pues aún estando en el mismo lugar preferíamos comunicarnos a través de memes o textos.
Sin embargo, el mundo hoy está obligado a reflexionar sobre las relaciones humanas, pues el confinamiento al que la mayor parte del mundo se autosometió, o fue sometida, evidencia que aún con todas las redes digitales, necesitamos de las relaciones interpersonales.
Esta cuarentena ha dado oportunidad a investigadores del área de la salud mental a desarrollar nuevos análisis, hasta ahora la mayoría revelan un efecto negativo.
De acuerdo con el artículo “The psychological impact of quarantine and how to reduce it: rapid review of the evidence” (El impacto psicológico de la cuarentena y cómo reducirla: revisión rápida de la evidencia), revela que la mayoría de los estudios revisados hasta hora, muestran efectos psicológicos negativos en la salud mental, advierte que se pueden desarrollar síntomas de estrés postraumático, confusión y enojo.
La peor parte es que estos efectos podrían manifestarse a largo plazo, es decir, los síntomas adversos del encierro podrían continuar o hacerse presentes aún después de la contingencia por la pandemia actual.
Es difícil pero trate de tomarlo con calma, mi intensión no es alarmarlo más pero sí el que sepa que debe tener en cuenta que los factores de estrés durarán más allá de la cuarentena, algunos ahora mismo ya los experimentamos y cada vez en mayor medida.
Es decir, conforme pasen las semanas podrían incrementarse los temores de infección, la frustración, el aburrimiento, y el estrés por la falta de información, pérdidas de poder adquisitivo y el estigma ligado poder infectar a terceros, como ya lo hemos visto en casos aislados.
Este encierro además se podría estar manifestando en problemas del sueño con graves niveles de insomnio, principalmente porque nosotros mismos estamos cambiando en este periodo los hábitos y patrones.
Esta parte sí tiene una sencilla explicación, el neurólogo Hernando Pérez, especialista del Centro de Neurología Avanzada de España, explica que el sueño tiene dos reguladores: la luz y el cansancio.
En así que si por la cuarentena nos despertamos más tarde, nos estamos perdiendo la luz solar de la mañana, clave para que el cerebro sepa que en 14 horas debemos dormir. Y la otra es que si durante el día nuestro cuerpo no está activo y en la noche no pedirá descansar.
Hay obviamente una contraparte, personas que como yo, estamos experimentando hipersomnia, que se manifiesta con la sensación de pesadumbre, de abatimiento, producto de estar metidos en la casa. “Los efectos de la cuarentena conllevan a un proceso de deterioro paulatino, al principio se está un estado de alerta, pero después empieza una fase de desgaste”.
Es por ello tomar en cuenta que no debemos permitirnos caer en la paranoia, evitar que nos consuman nuestros pensamientos, buscar alternativas para la sana convivencia con la familia o en la soledad de su hogar.
No le estoy pidiendo generar por obligación una actitud positiva frente a la adversidad, sólo no dejarse consumir por el miedo y el estrés.
Psicólogos piden cambian los pensamientos negativos como el “me voy a contagiar, me van a despedir, vamos a estar un año entero en cuarentena”, que sólo son ideas que provocan miedo y que afectan nuestro bienestar.
Insisto, no se trata de buscar un pensamiento positivo, sino ser realistas para contener ese miedo anticipatorio. Y ser consientes que la manera de enfrentar los pensamientos catastróficos también dependen del momento del día.
Entre las pocas recomendaciones que podemos encontrar en las investigaciones disponibles en medios serios, podemos destacar que para reducir el impacto psicológico del encierro, usted puede adoptar todas las medidas de higiene, asegurarse de tener suficientes suministros básicos en casa, sobretodo de alimentos y, si es posible para su economía, participar en acciones de donaciones para hospitales o familias vulnerables, ello en verdad puede mitigar los efectos.
En estos días en que parece que no terminará el encierro, hay que pensar que es nuestra forma de ayudar a frenar la enfermedad, más vale parecer exagerados y salir bien librados, que padecerla, sus síntomas son en verdad angustiantes, ojalá no nos toque sufrirla.
Por cierto, aunque es tema recurrente, trate de no pensar mucho en ello, aunque todo temas relacionados, en ninguna línea menciono este padecimiento, evitemos darle poder al miedo.
@Omar_Reyes
omarereyes@gmail.com