CIUDAD VOCTORIA, TAMAULIPAS.-El sol estaba en lo mas alto y tatemador cuando las palabras menos deseadas por los presentes fueron pronunciadas: Ya se acabó la cerveza.
La fila de victorenses se desintegró mágicamente al escuchar esta frase.
Hombres en chanclas y mujeres en fachas con cubrebocas incluido, que habían salido corriendo como de rayo hasta esa supertienda torcieron los ojos en señal de fastidio.
Esta fue otra consecuencia de la contingencia por Covid19 que ya se veía venir desde que el 31 de marzo pues el Gobierno no incluyó la industria de bebidas alcohólicas dentro de las actividades esenciales que podían permanecer abiertas durante la crisis del coronavirus, lo que provocó el cierre de las plantas cerveceras.
El Caminante y un par de compas habían asistido a este lugar con la esperanza de conseguir aunque fuera un six para calmar la “sed de la mala” que este encierro les ha provocado.
– Hey mira me mandó un whatsapp mi cuñado – susurro uno de sus camaradas, el Blady – que en la Sosa hay un vecino que le esta vendiendo ¡a cien pesos el six de Bud Light!
De manera muy ‘sordeada’ el trío de amigos enfiló hacia la dirección proporcionada. Diez minutos mas tarde se presentaron en un domicilio particular.
– ¡Gamaaa! – llamó el otro amigo, Toño, a la puerta – ¿Buenas tardes señora está Gamaliel? – preguntó a una anciana que se asomó a la calle
– Si venían por cerveza… se vendió el último six hace ratito – respondió la señora.
Los tres se miraron entre ellos y solo atinaron a responder “ta’ bueno, gracias”
En un país donde según el Inegi 65 millones de mexicanos, bebe cerveza, con un consumo anual de 68 litros por persona, esto se estaba convirtiendo en tragedia.
El celular de Blady sonó con otro mensaje de whatsapp que parecía tener buenas noticias: en un modelorama de una colonia cercana había ‘chupe’.
‘Como alma que lleva el diablo’ los sedientos peregrinos subieron a la camionetita S-10 y se trasladaron al mencionado negocio relativamente cercano.
Al llegar lo que vieron fue otra fila como de veinte personas que muy optimistas esperaban su turno para comprar cerveza: esta vez en presentación de ‘caguamón de modelo Especial’ a cien pesos cada una… un poco cara pero aun valía la pena.
La línea avanzaba muy lentamente y a solo tres clientes de llegar a la ventanilla otra vez la frase maldita: Ya se acabó la cerveza… ¡chinga’o!
El Caminante esperó a que la gente se dispersara y se acercó al dependiente para hacerle una pregunta:
– Oye mano… ¿a que hora hay que llegar para encontrar cerveza, muy temprano?
– Pues depende… a veces nos traen a mediodía, como hoy… a veces hasta bien tarde, el miércoles no nos consiguió el patrón nada – respondió el encargado – pero mira… aquí bajando esta calle, le das tres cuadras y luego tuerces a la derecha otra y ahí tienen Bud Light… pero la estan vendiendo carita, yo te paso el tip acá, pero ‘sordeadon’.
De manera muy disimulada el Caminante le pidió a sus cuates que subieran a la troquita y les transmitió la información.
Sin prisas, y casi casi en silencio los tres sedientos llegaron a una miscelánea que discretamente estaba vendiendo cheve. Al llegar los ‘compis’ se llevaron una gran sorpresa: dos refrigeradores hasta el tope de latas color azul, heladas y sudorosas.
– ¿A cuanto tiene el six señito? – Preguntó Toño
– El six esta a ciento cincuenta m’ijo esta caro porque mi hijo la consiguió asi la Bud Light en la frontera – Le contestó una doñita como de sesenta
años
Toño, Blady y el caminante se miraron entre si tratando de disimular su sorpresa por el precio tan inflado de las ‘chelas’ (hace apenas dos meses el six de estas latas costaba 50 pesos).
– Pues yo me voy a llevar un doce – dijo el Blady – y enfiló al enfriador muy decidido.
A Toño y al Caminante solo les alcanzó para un six, pero como dice la máxima popular: ‘peor es nada’.
A ciencia cierta no se sabe hasta cuándo seguirá la crisis por la escasez de espumosas, pero entre que son peras o son manzanas, consumidores seguirán pasando por este calvario y los ‘vivillos’ aprovechándose de la situación tanto en changarros como en la redes sociales para ‘hacer su agosto’. Demasiada y seca pata de perro por esta semana.