A diferencia de epidemias en tiempos pasados, en la actual emergencia sanitaria realmente no estamos en total aislamiento social, el internet nos mantiene ocupados y en contacto permanente con el mundo exterior. De hecho antes de iniciar el confinamiento en casa, muchas personas estaban ausentes en una charla física a consecuencia de tener el teléfono a la mano, socialmente ya se criticaba la falta de civilidad al estar ligado a una conversación virtual frente a un interlocutor en físico.
En México por la pandemia aumentó un 42 por ciento el uso de la tecnología, actualmente por tanta exposición virtual podríamos estar enfrentando otros males como la tecno fatiga, tecno adicción o tecno dependencia.
Para analizar la modificación de los patrones de uso de la tecnología, la investigadora en psicología, Erika Villavicencio de la UNAM, realizó un estudio que muestra que en nuestro país usan internet más de 80 millones de personas, y que en esta cuarentena “centenaria”, la conectividad aumentó cambiando las costumbres, consecuencias, afectación y dependencia de la comunicación virtual.
En estos últimos cien días de “home office”, siete de cada 10 empleados se sienten a gusto trabajando con la tecnología, pero consideran que se les ha incrementado la carga de trabajo y el horario. El teletrabajo no ha sido eficiente por falta de capacitación y políticas para regularlo.
En otros lugares como España, la ofuscación por el trabajo en línea ha causado problemas de estrés en los trabajadores que se quejan de correos y whatsapp a deshora, o de exceso de reuniones laborales virtuales, que resultan ociosas ya que muchas de estas intervenciones podrían obviarse con una llamada telefónica.
La nueva realidad nos obliga a incrementar el uso de la comunicación en su modalidad a distancia, pero si se abusa de estos elementos, se deriva en el síndrome de la “reunionitis” un término muy en auge que define al nuevo virus donde es el jefe quien pone en riesgo la productividad de la empresa. De hecho existen simuladores digitales donde se puede conocer la pérdida de dinero a consecuencia de la pérdida de tiempo de estar enlazados por horas, para debatir ideas vagas.
Y a esto hay que agregarle los conversatorios, foros, webinar y conferencias que se nos amontonan en la red, que cunden como moda y no todos resultan efectivos.
El estudio de la UNAM nos dice que más de 60 por ciento de las personas conectadas están siempre a la espera de una notificación, desarrollando dependencia a la tecnología. La tecno pandemia, nos inquieta y literalmente nos quita el sueño y horas de descanso. Pero también se comprueba que si no fuera por éstas muchas empresas tuvieran más afectaciones al cierre total de sus actividades.
Sin embargo, no todo está perdido, la tecnológica, ha sido un importante medio de acercamiento entre familias separadas por la pandemia, no sólo los jóvenes o niños, también los adultos mayores aumentaron su conocimiento y habilidad para comunicarse entre las redes, se hicieron más comunes las video llamadas y los chats familiares.
Aún queda salvar el reto del acceso a la tecnología, en México más de 40 millones de mexicanos no tiene acceso a internet, esto deriva en más brechas económicas, sociales y discriminación. Y nos hace mucha falta una buena educación digital, “no es simplemente usar el equipo, sino cómo lo uso y en ese aspecto estamos en pañales” refieren los estudiosos de nuestro comportamiento enredado.