A pesar de que el apoyo mexicano al Tratado de Comercio Libre 2.0 fue el motivo central del viaje del presidente López Obrador, en realidad el acuerdo comercial no tiene cabida en los planes posneoliberales y de austeridad de la 4-T.
Basta un botón de muestra: en
el viaje presidencial se firmaron proyectos de inversión extrajera directa que traerán nuevas formas tecnológicas, pero en México el sistema educativo, el sistema científico-tecnológico y la economía están regresando a la edad del lápiz y papel y abandonando el desafío de las computadoras.
Y la paradoja resulta más profunda con lo que ocurre en la Secretaría de Economía, cuya titular fue –además de la obligada del canciller Marcelo Ebrard Casaubón– la única presente en la comitiva oficial, como dando el mensaje de que México estaba priorizando los efectos del Tratado.
En el “Epílogo. Visión hacia el futuro”, del Programa Sectorial de
la Secretaría de Economía 20202024, publicado apenas el pasado 24 de junio en el Diario Oficial de
la Federación, la dependencia anunció que en el 2024 “la mayoría de
los trámites del gobierno federal
se harán por la vía digital”; sin embargo, esa misma dependencia acaba de suspender el uso del 75% de sus computadoras y todos los empleados han regresado ala edad de piedra de las oficinas: los archivos de papel, carpetas y archiveros. Y eso que la Secretaría señaló que las labores de personal directo con
los empresarios generaba espacios de corrupción y que por la vía digital eso iba a disminuir.
Lo anterior indica que la función del gobierno federal sólo fue la de firmar el mismo Tratado con reformas exigidas por los EE UU de
Donald Trump para que hubiera desde ahora mayores beneficios para los estadunidenses. Por la austeridad posneoliberal, otrocompromiso del Programa Sectorial de la Secretaría de Economía tampoco se va a cumplir: la creación de “suficientes Centros de Innovación” para “asegurar que las empresas tengan acceso a la innovación y el desarrollo tecnológico”.
Sin recursos, en un proceso
de achicamiento imparable y sin planes subsectoriales, el nuevo Tratado exaltado en Washington carecerá de recursos, planes educativos y apoyosa los empresarios. El programa de la SE reitera la incumplible meta de 4% de PIB promedio anual 2019-2024 por el hoyo recesivo de -10% a -12% de 2020, pero lo más grave fue el compromiso de incrementar el contenido nacional en los sectores estratégicos, que bajó de 58% en 1993 a 27% sin petróleo por falta
de apoyos a las cadenas productivas mexicanas.
En la cena con empresarios entre los dos presidentes, los mexicanos representaban a sectores aliados al presidente López Obrador y no a
los sectores dinámicos del comercio exterior. Estuvieron en la Casa Blanca los dueños de las principales armadoras de vehículos que Trump está obligándolas a salir de México y regresar a los EE UU, pero nadie de las empresas de cadenas productivas mexicanas del sector automotriz. Eso sí, en primera fila, los dueños de las dos cadenas de televisión ajenos a los sectores del Tratado, el mismo Carlos Slim salinista y ahora lopezobradorista y figuras empresariales del sector de emprendedores, cualquier cosa que ello signifique.
Política para dummies: La política pone la direccional para dar vuelta a la izquierda, pero para dar vuelta a la derecha.