España.- Una empleada doméstica fue acusada de ocultar la muerte de su patrona a causa de supuesto coronavirus para quedarse con la casa de la fallecida.
Los hechos ocurrieron en la ciudad de Leganés, en España, el cual se volvió viral en casi todo el mundo.
La mujer de nacionalidad peruana, era empleada de doña Pilar, de 75 años, quien perdió la vida aparentemente por Covid-19.
Al fallecer, la trabajadora mandó a incinerar su cuerpo y se quedó a vivir en la casa como si nada hubiera sucedido hasta que los hijos de la mujer se enteraron del deceso.
Aunque este caso pueda parecer ‘perverso’, un factor que aparentemente favoreció la situación, fue que los hijos de doña Pilar no la visitaban frecuentemente.
Sin embargo, los hijos se han mostrado indignados y sorprendidos por la muerte de su madre, incluso una de las hijas de nombre Rosana, acusó que la empleada doméstica cambió el nombre de los recibos de agua y energía eléctrica del domicilio y hasta las pólizas de vida de los seguros de la mujer de la tercera edad.
“Me gustaría saber qué pasó con mi madre esos días, yo también tuve coronavirus en esa época y estuve 30 días ingresada cuando nos enteramos de la muerte de mi madre, ya estaba incinerada”, declaró la hija de doña Pilar.
Además, señaló que sospecha que su madre no murió a causa del coronavirus y que fue victima de un ataque por parte de la empleada.
Las autoridades ya investigan el caso y la funeraria cooperará con ellas para determinar su hubo algún delito.
Abandonará el lunes la vivienda
Buenas noticias para la familia de Pilar, la anciana fallecida en marzo por posible coronavirus. La asistenta que ha okupado su vivienda en Leganés se ha comprometido con ellos, después de fuertes presiones vecinales y de la intervención de la empresa Desokupa, a abandonar la casa el próximo lunes.
Según ha explicado el responsable de la empresa, el acuerdo al que han llegado recoge que Rosa, la okupa, desalojará el piso a mediodía.
Anteriormente, había pedido 15.000 euros a la familia para marcharse, algo a lo que se negaron en redondo.
El caso está rodeado de múltiples incógnitas. Rosa entró a trabajar con Pilar, de 75 años, solo dos meses antes de su fallecimiento. Días antes, según los documentos en poder de la familia, cambió de nombre los suministros de la vivienda.
Fue la okupa quien se encontró con el cadáver de la septuagenaria cuando llegó al domicilio, del que se tuvo que hacer con un juego de llaves, ya que era la propia Pilar quien le abría la puerta cada día. Solo iba dos horas a a yudarle en la limpieza y otras tareas del hogar.
A continuación, la asistenta, de origen peruano, llamó al seguro de decesos, informó de que la mujer no tenía familia y se puso como beneficiaria del seguro, decidiendo también la incineración del cadáver, ha explicado la hija de la fallecida.
«Nadie en el seguro comprobó nada, eso es lo más turbio», ha dicho Rosana a Efe, que afirma que diez días antes de la muerte de su madre, la asistenta ya había cambiado la titularidad de los suministros de la vivienda, de la que ya no salió.
Fuentes policiales han confirmado a Efe que la familia de Pilar presentó una denuncia en marzo por estos hechos, aunque la hija de la fallecida ha explicado que la han ido ampliando a lo largo de los meses y que también tienen intención de denunciar a la asistenta por un posible delito de homicidio. «Tenemos dudas y queremos que se investigue la muerte de mi madre», ha comentado.
«Ella dice que está con sus dos hijos, pero los vecinos se temen que esté alquilando habitaciones porque hay mucho movimiento de gente en el portal», ha asegurado Rosana.