Si Salvador Dalí viviera aún, nos estaría restregando en la cara a los mexicanos aquella frase del siglo pasado en entrevista con Jacobo Zabludovsky: “De ninguna manera volveré a México.
No soporto estar en un país más surrealista que mis pinturas”. Así es mis queridos boes,era el México de 1971, cuando se grabó la entrevista, había pasado la matanza de Tlatelolco y el régimen del PRI se erguía como invencible, todo poderoso, el Presidente Luis Echeverría Álvarez era la encarnación de los tres poderes de la Unión, era la ley, el ministerio público y el juez.
Hoy México no es muy diferente, el surrealismo del que hacía gala Dalí se nos ha acentuado, todos las mañanas el que ahora cobra como presidente, Andrés Manuel López Obrador, se trepa al púlpito, denuncia a los que no piensan como él, lo juzga y los declara culpables, en una especie de linchamiento ante las masas.
Y digo estamos peor, porque en los tiempos de Echeverría, no había redes sociales, las transmisiones en vivo eran raquíticas y las noticias no corrían como hoy, en lo absoluto eran masivas como inmediatas como ahora. Seguro Salvador Dalí se sorprendería de lo que en este siglo ocurre en México, un país con un gobernante que tardó 14 años en terminar la universidad y que pese a ello se erige como dueño de la verdad absoluta.
Somos un país, donde el presidente decide no usar un avión que garantizaría su seguridad y la de por lo menos otros cinco presidentes de sexenios posteriores, lo que le quita la etiqueta de fastuoso, gasto inútil y prefiere usar aviones comerciales, mientras que su séquito hace lo propio gastando las que lo que suponía usar el avión presidencial. Es el país en el que su presidente decide ‘rifar’ el avión, que no se puede rifar porque se está pagando, aún así lo rifa, pero no lo entrega.
De risa loca, soborna a los grandes empresarios del país para que compren hasta 20 millones de pesos en boletos de la rifa a razón de 500 pesos cada uno, solo se vendieron 4 millones 200 mil de los 6 millones que se imprimieron, lo que significa que se obtuvieron 2 mil 100 millones por las ventas.
Pero de esos 2 mil millones son de los premios, pareciera entonces que se ganaron 100 millones, pero no. A eso habría que reducir la comisión de los vendedores y los millones de pesos que gastó el gobierno federal para regalar miles de cachitos a los hospitales del INSABI.
El caso es que aunque hay discrepancias sobre las cuentas, todos coinciden en que se perdió entre 68 millones y 250 millones de pesos. ¿Y qué? El avión sigue sin venderse, la deuda sigue, el gasto de mantenimiento igual?. Tan surreal como que el presidente pida hacer una consulta para aplicar la ley a cinco ex presidentes, como si no fuera su obligación.
Y ahí va de nuevo, no consiguió más que 800 mil firmas de los 1 millón 800 mil que se necesitaban y entonces él pidió la consultor, un día después los de su partido dijeron que si las consiguieron y hasta les sobraron: dicen que reunieron 2 millones 400 mil, lo que significa que cada segundo 12 ciudadanos leyeron y firmaron. Eso debe ser un récord mundial, por no decir que una mentira más.
Y si, el México de AMLO es tan surreal, que mientras el Covid y su estrategia fallida para contenerlo lleva más de 71 mil muertos y la economía según pronósticos caerá poco más del 10 por ciento este año, el presidente está ocupado en perseguir al pasado.
¿PERDIÓ LAS MASAS? Todo lo anterior puede llevarnos a reflexionar sobre la posición de AMLO entre los mexicanos que en el 2018 lo elegimos abrumadoramente (yo no cometí el error, aclaró), con una ventaja histórica y el control de las dos cámaras del congreso. Fueron 30 millones los que le dieron el voto, su popularidad, dice él que es del 70 por ciento de la población.
Pero las cuentas salen más mochas que con lo de la rifa, porque si es el 70 por ciento de los mexicanos los que le apoyan, eso sería como 80 millones de ciudadanos… ¿y entonces porque no pudo conseguir 1 millón 800 mil firmas sin trampas para enjuiciar a los ex presidentes?, ¿entonces porque tuvo que autocomprarse cientos de miles de boletos de la rifa y sobornar a los empresarios y con todo y eso apenas se vendieron 4.2 millones?. ¿Dónde quedó la fuerza de López Obrador?, ¿dónde la que decíamos fe ciega en él y el arrastre de multitudes?.
LA BATALLA POR TAMAULIPAS En el marco de las fiestas patrias, el gobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca dio su propio grito, el de la inferencia por las finanzas de nuestro estado. En su discurso de ayer, reiteró que dará la batalla hasta lograr que se entreguen los recursos que corresponden a Tamaulipas.
“Nuestro estado se dispone a librar una batalla sin armas y a través de los canales institucionales, para lograr que la Federación otorgue a Tamaulipas lo que en justicia merece y corresponde; por esa aportación que hacemos todos los tamaulipecos a la República”, añadió “Si, por supuesto significa la respuesta de un gobernador comprometido con las tamaulipecas y los tamaulipecos, y electo para servir a la gente de Tamaulipas y no para doblegarse ante un gobierno central que en ocasiones parece ajeno a las necesidades de la segunda entidad que más recursos aporta a la nación”. Hay gobernador!