Se siguen dando a conocer, por parte del Inegi, los resultados económicos de México de los últimos meses en donde se dimensiona los efectos de la pandemia SARS-CoV-2. Afortunadamente, en el tema de los precios se observa que para la primera quincena de septiembre fue de 0.16 por ciento, de las tasas más bajas en la última década, de hecho es la más baja observada durante los meses de septiembre. Sin embargo, de manera anualizada, es decir, la inflación de los último 12 meses es de 4.10 por ciento, si bien no es un nivel preocupante, sí podemos observar que comparado con 2019 se elevó 1.1 punto porcentual, alejándose del objetivo de la tasa de inflación del Banco de México.
En términos de la actividad productiva, es ya conocida la caída del Producto Interno Bruto de 18.7 por ciento; sin embargo, desagregando el indicador, es posible identificar que la caída más importante se presentó en el componente de la inversión, de tal forma que la tasa de decrecimiento de la Formación Bruta de Capital Fijo fue de 34 por ciento. De igual forma, en la Exportación de Bienes y Servicios, se observó una caída de 31.1 por ciento, un nivel muy alto, al igual que el observado en la inversión, pero que resulta congruente con la situación que atraviesa el país debido a la pandemia.
En el caso de la caída de las exportaciones, principalmente obedece a la contracción de la actividad económica de los Estados Unidos, la cual, para el segundo trimestre del año, el acumulado anual de crecimiento se ubicó en -32.9 por ciento, un nivel muy parecido a la caída de las exportaciones en México. Por tanto, la recuperación del sector exportador estará condicionado principalmente al comportamiento de la actividad económica norteamericana, fundamentalmente al sector manufacturero, que es con el sector que está altamente sincronizado.
La desaceleración de la producción al igual que la caída en el consumo privado, donde esta última se ubicó en -19 por ciento, han condicionado el comportamiento de la inversión física, en la medida que se abran por completo las actividades económicas y se recuperen las exportaciones, en esa medida se irá recobrando la confianza de los empresarios para invertir en la creación de nuevas empresas y ampliación de sus plantas.
Como lo hemos señalado previamente, pero ahora lo hacemos con información puntual, el papel del gasto de gobierno ha sido fundamental para evitar que las medidas restrictivas implementadas sobre las economía, profundicen aún más la caída en la producción de los bienes y servicios del país. Dentro de la contabilidad nacional es el único que presenta un crecimiento de 2.4 por ciento en el último año.
Por lo anterior, es importante señalar la importancia que representa el gasto de gobierno en la recuperación de la economía mexicana, es por ello que se debe destinar de manera estratégica a sectores sociales y económicos que permitan que la recuperación sea lo más rápido posible. Desde lo social, se están destinando transferencias a grupos vulnerables como una medida de apoyo en atención de la pobreza, pero también como una medida para reactivar la demanda de bienes y servicios en el país.
Mientras que en el tema económico se observa que las medidas implementadas son insuficiente, y ninguna de estas van orientadas en la reactivación de las cadenas productivas, que es lo que podría contribuir a una más rápida recuperación. No se tiene que recurrir a la deuda pública para crear medidas de esta naturaleza, lo que se requiere es voluntad del gobierno federal para lograr acuerdos, como por ejemplo, acuerdos con la banca comercial para que mejore las condiciones de créditos en sectores estratégicos (sectores donde su rentabilidad garantice el crédito), por citar algún ejemplo. El papel del estado en estos momento resulta clave para compensar los efectos de la caída en la inversión, consumo y las exportaciones. Usted ¿qué piensa?
POR JORGE ALBERTO PÉREZ CRUZ