La derrota que sufrió MORENA en los Estados de Coahuila e Hidalgo puso de relieve que, como sucedió en su momento al PRI y al PAN, los olvidados del gobierno le cobraron la factura al nuevo partido en el poder a través del único recurso legal con el cuentan: el voto de castigo.
Aunque hubo otros factores, el desgaste de gobernar, los pleitos internos y la falta de estructura partidista, entre otros, los integrantes de los sectores más desprotegidos, campesino y popular, que no alcanzaron la cobija de los programas sociales del gobierno y que en elección presidencial de 2018 llevaron a AMLO a la Presidencia de la República, esta vez salieron a votar en contra de los candidatos del Movimiento Regeneración Nacional.
El sorpresivo descalabro puso al descubierto que, contra lo que piensan las cúpulas del poder, a los de abajo no les importa demasiado la lucha contra la corrupción, una de las principales banderas de lucha del Presidente López Obrador y de su partido político, sino la ayuda económica que por cualquier vía se les haga llegar para ayudarles a hacer frente a las dificultades que los tienen en la inopia.
El Presidente Ernesto Zedillo perdió por esa razón la mayoría del Congreso a mitad de sexenio. Los ciudadanos afectados por el Tratado de Libre Comercio promovido por el Presidente Salinas, obreros y familias del medio rural, le jugaron las contras al PRI y tres años más tarde, en los comicios del 2000, Francisco Labastida Ochoa, el primer priista en 70 años que perdió una elección presidencial, pagó las consecuencias.
Lamentablemente para los panistas, el Presidente Vicente Fox desestimó las causas del descalabro tricolor. No obstante los excedentes petroleros de que dispuso, que alcanzaron la cifra de más de un billón de ingresos extra, el Vaquero olvidó la promesa del cambio y se vio obligado a aliarse con el ex invencible para sacar apuradamente el triunfo de Felipe Calderón Hinojosa en la elección de 2006.
Con esa carga encima, en el 2018, el PAN no pudo conservar la Presidencia. Como sus antecesores, Enrique Peña Nieto cometió el mismo error y los electores lo crucificaron en el 2018.
Por no escarmentar en cabeza ajena, al partido obradorista ha sufrido la primera derrota y, si no rectifica, la 4T estará en aprietos el año que viene. Si en el 2021 ocurre algo similar en Tamaulipas, el Revolucionario Institucional resurgirá, no como en Coahuila e Hidalgo, porque aquí
no gobierna el Estado, pero podría tener un ligero repunte por lo menos para impedir la polarización de las votaciones entre Acción Nacional y Morena, escenario que favorecería a la bandera albiazul, ya que restaría sufragios al partido de izquierda.
Los campesinos que se han dedicado a bloquear carreteras porque los dejaron fuera del presupuesto federal, seguramente aprovecharán la ocasión para mortificar a los morenos. La pregunta es ¿por qué beneficiar al PRI?, solo para desahogar el coraje, saben de antemano que el ex partido oficial tampoco les va a dar nada.
En el sur, en cambio, los petroleros van a hacer cuanto está en sus manos para fortalecer las filas priistas, lamentablemente, la renovación de los cuadros directivos que ha puesto en marcha la Secretaría del Trabajo va a dejar muy pronto formalmente fuera de los cargos sindicales a los jerarcas de facto, factor que les cancelará el acceso a los cuantiosos recursos económicos de las agrupaciones, indispensables para llevarle adeptos y sufragios al PRI.
Los campesinos de Altamira, por su parte, ya están listos también, como hidalguenses y coahuilenses, para cobrárselas todas juntas a Morena
Mientras tanto, Carlos Fernández Altamirano multiplica esfuerzos para desahogar la intensa agenda de trabajo como Director del INDE, Enlace de Covid-19 en Ciudad Madero y el acercamiento con las bases del PAN, de cara a la elección de los candidatos a la alcaldía de la urbe petrolera.
Al inicio de la semana se dieron a conocer las ternas de los aspirantes al Deportista del Año de Tamaulipas y demás categorías, versión 2020, que mantendrán ocupado al funcionario hasta la entrega de premios, que se prevé para la segunda quincena de noviembre.
Al mismo tiempo Fernández Altamira sigue adelante con la sanitización de espacios educativos y sostiene acercamientos con liderazgos de los diferentes grupos de la organización partidista.
POR JOSÉ LUIS HERNÁNDEZ CHÁVEZ