CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.- Nueve jovencitos que viajaban a bordo de una camioneta, estuvieron cerca de la muerte, cuando al ir escapando de unos policías estatales, el conductor perdió el control y volcó hacia las márgenes de un río.
Este hecho que pudo terminar en tragedia, se registro esta madrugada, en el puente que se ubica sobre el camino interestatal que conduce al ejido La Misión, a escasos 100 metros del cruce con la carretera Interejidal.
Elementos estatales, fueron quienes solicitaron el apoyo de los cuerpos de emergencia ya que en la zona había 9 jovencitos lesionados, la mayoría, menores de edad.
Cuatro ambulancias de la cruz roja mexicana y otra más de protección civil municipal, se encargaron de arribar al sitio para hacerse cargo de la situación y hacer su labor pre hospitalaria.
Tras recibir los primeros auxilios, uno a uno, los muchachos fueron trasladados a distintos nosocomios con lesiones de consideración.
Quienes cambien se dieron cita en la zona, fueron los elementos de la dirección de transito, los cuales se entrevistaron con los policías presentes.
Estos explicaron que no muy lejos de ahí, detectaron a los jóvenes que iban ingiriendo bebidas embriagantes cuando viajaban abordo de una camioneta Ford Escape en color guindo.
Al marcarles el alto, el chofer optó por emprender la huida a toda velocidad, lo que los obligo a seguirlo, iniciando una persecución que casi tiene consecuencias mortales.
El asustado chofer iba desplazándose sobre la carretera Interejidal y a la altura del kilometro 4 tomo el camino que lleva al poblado La Misión.
Producto de la velocidad desmedida, a la altura del puente, perdió el control y se precipito al riachuelo, dando de volteretas hasta quedar la unidad recostada sobre su lado derecho.
Fueron los mismos agentes que los perseguían, los que se encargaron de ayudarlos a salir y ponerlos al borde del camino donde esperaron a las unidades de emergencia.
Finalmente una grúa propiedad de una empresa particular, fue la encargada de hacer las maniobras necesarias para sacar la destrozada unidad y remolcarla a un corralón.
POR Alejandro Davila