La noticia de las farmacéuticas Pfizer y Moderna de que sus vacunas para frenar el Coronavirus superan el 90-95 por ciento de efectividad ha
sido recibida con entusiasmo por todo el mundo y en momentos en que la tradicional influenza de temporada empieza también a provocar contagios y enfermos.
Las autoridades de salud en diferentes países tienen esperanzas de que las vacunas COVID-19 puedan traer “inmunidad colectiva” y algunos calculan que con solo inmunizar dos tercios de la población se podría detener la enfermedad pandémica y ayudar a proteger a comunidades y naciones enteras.
Algunos expertos, sin embargo, temen que tales expectativas están fuera de lugar. Para empezar, el tener claro qué se necesita para lograr una inmunidad colectiva implica una variedad de factores, varios de los cuales aún se desconocen.
Muchas preguntas surgen alrededor de este tema.
Por ejemplo… ¿Cuál es la tasa de propagación del virus causante de COVID-19? ¿Podrán las primeras vacunas implementadas detener la transmisión del virus o simplemente evitar que las personas se enfermen? ¿Ofrecerán la misma protección a todos?
Y es que el concepto de “inmunidad colectiva” a veces se entiende erróneamente como protección individual. Las personas llegan a pensar: “No saldré contagiado porque hay inmunidad colectiva”. La inmunidad colectiva se refiere a la protección comunitaria, no a cómo se protege a un individuo.
El Centro Europeo para Prevención de Enfermedades (ECDC) anticipa un valor de inmunidad colectiva estimado del 67 por ciento para sus modelos. Los expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), por su parte, también han señalado una tasa de cobertura de vacuna del 65 al 70 por ciento como una forma de alcanzar la inmunidad de la población mediante la vacunación.
La idea es proteger a los vulnerables a fin de cuentas. Si más del 90 por ciento de la población es vacunada habrá tan poco virus en el entorno que el 2 por ciento estará prácticamente protegido.
A pesar de que se ha cumplido un año de que el Covid apareció, este virus aún siguen siendo un misterio en muchos aspectos. Por ejemplo, no se sabe aún exactamente qué tan rápido se propaga si no existe ninguna precaución y por qué en muchos casos los contagiados no se dan cuenta que lo han adquirido (alta frecuencia de asintomáticos).
Lo más relevante es que a pesar de los anuncios realizados por Pfizer y Moderna aún se desconoce cuándo las vacunas estarán en el mercado y en qué cantidad, así como qué criterios de preferencia habrá para que unos países la tengan y otros no.
Además, dependerá de los gobiernos escoger qué vacunas importará e implementará, lo que seguramente será un tema de debate interno, como en el caso de México (¿las rusas, las “gringas” … o cuáles?
La evidencia hasta ahora sugiere que las primeras vacunas COVID-19 que salgan al mercado al menos evitarán que las personas desarrollen la enfermedad. Pero no se puede descartar que las personas aún contraigan el virus y lo transmitan a otras personas sin que se den cuenta. Tal parece que todavía hay Coronavirus para rato y la mejor defensa será la que tenemos hasta ahora: la preventiva.
POR HOMERO HINOJOSA