En días pasados, el Senado de la República aprobó con 83 votos a favor, la reforma constitucional con la que se renueva el sistema judicial de la federación en México.
Uno de los objetivos de esta reforma es que la Suprema Corte de Justicia de la Nación conozca asuntos netamente constitucionales y no legales.
Además, pretende generar un sólido sistema de carrera judicial en nuestro país, creando con rango constitucional la Escuela de Formación Judicial, este órgano sustituye al Instituto de la Judicatura Federal, y se crea con el fin de contar con mejores Jueces y Magistrados.
También incorpora la paridad de género como principio en el sistema de carrera judicial.
Por otro lado, busca reforzar el sistema de defensoría federal a través de su profesionalización, con ello se pretende que los justiciables que requieran un defensor de oficio cuenten con asesoría de calidad en todo momento.
Y orgánicamente, algo novedoso constituye la sustitución de los Tribunales Unitarios por los Tribunal Colegiados de Apelación.
De aprobarse por la Cámara de Diputados y posteriormente por la mayoría de las legislaturas locales, estamos ante una reforma que representa el cambio más profundo en casi 30 años, pues la última modificación sustancial al Poder Judicial de la Federación se
realizó en 1994.
La reforma ha sido cuestionada por diversos actores políticos, algunas de las cosas que se dicen de ella es que dotará al Presidente de la Suprema Corte en turno de atribuciones desmedidas y que constituye un peligro para la división de poderes.
A pesar de ello, no se visualiza un panorama político que revierta dicha reforma o la paralice, así que su vigencia parece inminente, solo en espera de que se lleve a cabo la tramitología normal del procedimiento de reforma constitucional.
Habrá que analizar cómo aterriza dicha reforma, sus efectos: jurídicos, económicos, políticos y fácticos, estos últimos, sobre todo para los servidores públicos del propio Poder Judicial y el foro litigante, así como los justiciables.
Lo que hoy sabemos de esta evolución judicial, nos lleva a pensar lo que muy seguramente sucederá con esta reforma en caso de aprobarse totalmente, pues se convertirá en el parteaguas para otra época en el derecho y su jurisprudencia.
Actualmente nos encontramos en la Décima, la cual surgió a partir de la incorporación de los derechos humanos en nuestra Constitución, desde el pasado 10 de octubre de 2011, pero ahora, ante la reforma judicial que parece inminente, sin duda alguna estamos por iniciar la Décima Primera.
POR ALFONSO TORRES CARRILLO