Se veía venir, estaba claro: el PAN no establecerá una coalición con el PRI en Tamaulipas en la elección por las diputaciones federales.
Fue una decisión tomada en los más altos mandos del estado desde hace tiempo, finalmente avalada y revelada por el Consejo Nacional del partido blanquiazul durante el pasado fin de semana.
Si bien los consejeros nacionales concedieron el permiso al CEN del PAN de explorar acuerdos con el Revolucionario Institucional y la Revolución Democrática para ir juntos a las urnas del proceso electoral federal, exceptuó siete entidades: Coahuila, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Querétaro, Yucatán y… Tamaulipas.
¿Por qué Acción Nacional decidió ir solo en esos estados? En Guanajuato y Querétaro, caracterizadas por su perfil sociológico conservador, el partido albiazul va arriba en todas las encuestas. Morena no gana ni un distrito en El Bajío. Cierto, la 4T ha crecido en sus simpatías en esas tierras, pero no lo suficiente para arrebatar los distritos electorales federales queretanos y guanajuatenses.
En Yucatán, otra entidad que se identifica con el conservadurismo de derecha desde hace muchos años, el PAN lleva ventaja en cuatro de los cincos distritos electorales (dos de los cuales tienen sede en la capital Mérida). En el quinto, según encuestas, registra un empate con el PRI.
En Jalisco y Morelos la historia es otra, compleja y adversa (salvo Cuernavaca).
¿Y Tamaulipas? La respuesta está a la vista de todos, aunque los únicos que se niegan o se negaban a verla eran los dirigentes del PRI estatal, Edgar Melhem y Mayra Ojeda: los operadores territoriales que trabajaron para el priismo ahora prestan sus servicios a Acción Nacional. Esa es la realidad.
Eso es lo que sucede a lo largo y ancho del estado, desde Nuevo Laredo hasta Tampico, con situaciones muy marcadas como la que ocurre en Ciudad Victoria, donde el grupo político del geñista Oscar Almaraz
está a las órdenes -literal- del partido blanquiazul.
Otro ejemplo: en el puerto jaibo, los coordinadores de área y de zona de la estructura tricolor, los que operaron en las campañas de Gustavo Torres Salinas o Magdalena Peraza Guerra (para recordar los casos más recientes), ahora trabajan en las colonias populares a favor del PAN.
El PRI se desfondó desde que perdió, primero, la gubernatura, y después cuando se despidió de sus últimas presidencias municipales relevantes (Tampico, Ciudad Victoria y Matamoros).
Entonces, si los operadores y las estructuras que antes cobraban en el tricolor y ahora trabajan para los intereses albiazules, ¿para qué quiere el PAN establecer una alianza electoral con un logo tan maltrecho como el PRI? Es lógico que los panistas no quieran una coalición con los priistas en Tamaulipas.
La política no es una ciencia exacta y, por tanto, no es como las matemáticas: en política existen sumas que restan. Eso lo saben todos los grillos con experiencia y con una dosis de inteligencia.
Algunos pueden interpretar como una actitud de soberbia la decisión de los panistas tamaulipecos, pero no va por ahí la negativa a establecer una alianza con el PRI y el PRD en la contienda por las diputaciones federales (tampoco habrá coalición en alcaldías y diputaciones locales).
Los azules jugarán con otra estrategia a la hora de salir a la cancha electoral.
Todo indica que el panismo jugará a la fragmentación del voto opositor. En Tamaulipas, Morena es oposición. El PAN juega como partido en el poder, como si fuera el equipo local.
Por supuesto, eso no quiere decir que la estrategia vaya a funcionar por sí sola (como tampoco son exitosas las alianzas electorales por sí mismas). Los panistas tendrán que operar con eficiencia distrito por distrito, municipio por municipio. Es más, la labor deberá ser con bisturí porque el proceso luce muy competido.
Si los azules quieren mantener el poder en Tamaulipas rumbo a la elección 2022, deberán establecer acuerdos más amplios, abrir el abanico, incluir y tomar en cuenta a una mayor cantidad de grupos y sectores de la sociedad. El primer tiempo de la contienda por la gubernatura está en juego en 2021.
¿Y el PRI? Edgar Melhem y compañía deben olvidar el asunto de ‘las estructuras’ y de ‘los colonos’. Si los priistas apenas tienen dinero para medio pagarle a los integrantes del comité estatal, deberían dejar de pensar -por un buen rato- en ‘operadores’ y ‘promotores’.
Es hora de que los priistas piensen y actúen como oposición, con un discurso renovado, como un partido opositor a Morena y al PAN. Deben tomar las banderas en boga: el feminismo, la protección del medio ambiente, la defensa de los derechos humanos, sin olvidar las temáticas de siempre, como la inseguridad pública, la salud, la educación y, por supuesto, la economía, defender los bolsillos de la gente.
¿Cómo le hizo el PAN para llegar al poder? Cuando era oposición en el estado, el partido blanquiazul denunciaba, cuestionaba. Además, trataba de abanderar causas de la sociedad civil: una de ellas fue determinante, el combate a la inseguridad y la violencia.
Morena hizo lo mismo para llegar a Palacio Nacional: criticó con virulencia la corrupción y demandó, una y otra vez, elecciones limpias, erradicar los fraudes en las urnas. Eso es lo que hacen los partidos opositores. El PRI ha sido tibio y no ha aprendido a ser oposición.
¿Entenderán ese rol los priistas? Después de haber disfrutado las delicias del poder durante tanto tiempo, se ve difícil.
Sin embargo, algunas encuestas señalan que el priismo puede sentar las bases de su reconstrucción en la elección tamaulipeca de 2021. Todo dependerá de ese factor: convertirse en oposición… y dejar de pensar en alianzas que, en realidad, son un disparate, un absurdo y un atentado a la historia política y a las ideologías.
En ese contexto, veremos un muy interesante duelo entre el PAN y Morena por las diputaciones federales, una pelea de toma y daca, de rompe y rasga… tal como ya se observa en las ofensivas mediáticas lanzadas desde ambos frentes.
Y PARA CERRAR…
En su momento, se confirmará que el blanquiazul tampoco establecerá una coalición con los tricolores en el proceso electoral por las alcaldías y las diputaciones locales tamaulipecas.
De hecho, Luis René ‘El Cachorro’ Cantú, dirigente estatal, ya ha expresado en varias ocasiones que el PAN no va a ir en alianza con priistas y perredistas en la elección local.