Yo digo que el problema sanitario en México se convirtió en prioritario. Imposible cerrar los ojos ante ciento trece mil muertos y arriba del millón de contagiados. Quizá no se vislumbre la catástrofe
que viene, sobre todo en las grandes ciudades. Esto incluye a las autoridades que hasta ahora han dejado a la conciencia de cada quien, tomar las debidas precauciones. Por supuesto hacen lo que les corresponde, aunque insuficiente considerando que gran parte de la paisanada no toma en serio el peligro en que
se encuentra. Y es que tampoco el supremo gobierno aporta los argumentos que obliguen a tomar la sana distancia de la pandemia. El cuento del autoritarismo y las críticas de los adversarios de la 4T han podido más que cualquier medida que detenga el mal.
La vacuna por ejemplo, no deja de ser un espejismo dado que sus resultados no serán inmediatos sino quizá, en el transcurso del próximo año. Tal vez entonces habrá avances, si es que los hay. Mientras tanto la república sufre y hasta ahora no se ve por dónde atacar con efectividad.
El subsecretario López-Gatell aparece hasta en la sopa y su imagen luce tan descompuesta que se ha convertido en el mensajero de la desgracia, por ello este columnista se atreve a llamarlo “el doctor muerte”. Aporta explicaciones científicas incomprensibles para
el ciudadano común; se enfrasca en interminables discusiones con sus críticos, se enfrenta a “analistas” y medios de comunicación con cierta soberbia, presumiendo conocimientos, que sin duda los tiene, pero que en estos momentos sobran cuando lo importante es que su tarea produzca resultados que no existen. Gatell olvida lo fundamental.
Es un tipo brillante, admirado especialmente por un sector femenino que lo ubica como el deseable compañero en cualquier exquisita aventura, (algo muy personal y respetable), lo cual incrementa su egocentrismo y afán protagónico. Los científicos por lo general son discretos, ajenos a la vanidad, huyen de los reflectores dado que su trabajo es demasiado importante como para desperdiciarlo en frivolidades. Este funcionario es de los consentidos de AMLO, incluso sobre Jorge Alcocer Varela, el titular de Salud que en diversos eventos
se le ha observado marginado, en tanto su pupilo ocupa los primeros planos, lo cual dispara su autoestima, suponiéndose poder alcanzar el cargo político más importante del país, haciendo oídos a uno que otro bromista que lo sitúa como probable sucesor del actual Presidente. ¡Haga usted el reca-brón favor!.
Lo cierto es que México está al borde de una catástrofe sanitaria, sin que exista conciencia de sus alcances. La evidencia más clara es lo que sucede en la CDMX donde las autoridades no se deciden a actuar en consecuencia. Hasta ahora se conforman con emitir las recomendaciones acostumbradas, sin tomar acciones realmente útiles. Lo ultimito es controlar el flujo peatonal en el centro histórico, ordenando el cierre comercial solo un día a la semana (debieran ser tres cuando menos). Habrá que ser más drásticos y no dejarse influir por
el interés empresarial…se trata de salvar vidas, no de salvar capitales privados. Esta irresponsabilidad oficial se repite, sobre todo en las ciudades más importantes que no es exagerado decir, se podrían convertir en grandes cementerios.
Tampoco es exagerado afirmar que el supremo gobierno está siendo rebasado y con él, autoridades de diversas entidades cuyos recursos humanos y materiales resultan insuficientes, mejor dicho, se agotaron y no hay de dónde echar mano. Es otra innegable realidad. El escenario empeora con la nulidad del congreso de la Unión, ocupada en votar asuntos de escasa importancia, como la pendejada del registro de usuarios de la telefonía celular, (bajo normas policiacas), con el pretexto de combatir los delitos generados por ese conducto. ¡Como si todos los mexicanos fuéramos delincuentes!. En este sentido, los verdaderos ladrones y saqueadores, siguen libres. En este aspecto pareciera que el combate a la corrupción se encuentra congelada o perdida entre los polvorientos caminos de la impunidad, que no es lo mismo, pero es igual. Y ni modo que sea invento. Respecto del registro celular, AMLO “se pasó de rosca” porque solo complica la existencia de por sí difícil, para los millones que ya llevan una preocupación más sobre sus espaldas.
El columnista cree en la 4T, pero no en la regresión conservadora. Recordéis que Calderón realizó un operativo similar y quedó en ridículo porque no lo pudo concretar. Esperamos que no suceda lo mismo a Andrés Manuel. Usted dirá que este es un argumento más para recibir ataques de sus adversarios
y tiene razón. Ahora que también podría disminuir la enorme aceptación popular que disfruta. Ojo, que la sociedad está demasiado sensible y no hay que echarle gasolina al fuego. Tampoco creerse de quienes le hablan al oído sobre decisiones de apariencia autoritaria. Total que las mortificaciones llegan de dónde menos se espera.
En conclusión, México enfila hacia una gran tragedia que el supremo gobierno y buena parte de la sociedad no vislumbran. Por su parte “la representación popular” prefiere cerrar los ojos ante la realidad, perdiendo tiempo y gastando el presupuesto social en estúpidos acuerdos como el registro de telefonía celular, mientras en el centro del escenario aparece López-Gatell, el payasito de moda.
SE LE ACABÓ LA FIESTA
A Gustavo de Hoyos Walther se
le acabó el baile. No podrá seguir utilizando a la Coparmex contra AMLO. Y es que solo será dirigente de la organización hasta el día último de este año, e inmediatamente después tomará posesión José Medina-Mora Icaza quien fue electo y rindió protesta la semana anterior para desempeñar el cargo hasta por cuatro años..
El asunto tiene su importancia porque se espera mejoren las relaciones entre el supremo gobierno y Coparmex, cuyos integrantes descalificaron en más de una ocasión, la actitud hostil y de plena confrontación de Gustavo de Hoyos con la 4T, o mejor dicho con AMLO, arrastrando en su odio, a la organización que nada tenía que ver con los ataques, pero sí con sus deseos de convertirse en candidato a la gubernatura de Baja California por el PAN,
desde luego. Desde Coparmex hizo campaña que ahora ha de pagar con el desprecio de sus compañeros y desde luego de sus paisanos.
De manera que de Hoyos no dispondrá más de la tribuna que le proporcionaba el liderazgo patronal y por lo tanto, difícilmente aparecerá en la boleta electoral del próximo julio. Por su parte el nuevo líder ha dicho que los mejores tiempos de Coparmex están por venir, lo que incluirá seguramente buen entendimiento con el supremo gobierno, no puede ser de otra manera cuando los más interesados son los patrones, salvo que quieran ir contra sus conveniencias.
Por lo pronto Gustavo de Hoyos se va y con él una época de odio y provocaciones que violentó lo que debió ser una buena relación institucional. Así que bye, bye.
SUCEDE QUE
Américo vuela como a 20 mil metros de altura…que no le pase lo que a Cornelio. …en tanto Gisela Lara Saldaña, la panista tulteca, directora del programa IMSS-Bienestar y presunta espía palaciega, apareció de nuevo al lado de AMLO. ¿Masoquismo?, o nomás puro descuido.
Y hasta la próxima.
POR MAX ÁVILA