Si quieren conocer a las mujeres, asómense a la calle o a los movimientos feministas en redes sociales.
De nuevo la efeméride obliga a las funcionarias, funcionarios, instituciones y organismos a programar magnas conferencias, foros y conversatorios vía Zoom, FaceBook o Teams, para citar a algunas mujeres que solo aparecen en la agenda de marzo y centrar el dialogo en: avances, retos y efectos de la pandemia en las mujeres. De nuevo, todos a divagar y a presumir entre líneas acuerdos y programas sociales que están dedicados a ellas, las más vulnerables. Así como los baños de pueblo, cuando un político se roza con la ciudadanía con la promesa de conocer sus problemáticas reales, los webinars de esta temporada son sólo baños de feminismo para directivos y ejecutivos, que con cara de “las estoy escuchando, pero porque alegan tanto”, “quien las entiende” y “de que se quejan” estarán conectados, pero ausentes de la realidad, estarán ahí nada más para taparle el ojo al macho, pasado el festín se olvidarán del tema.
También se avizora que, en los perfiles de redes sociales, políticos y candidatos, demuestren su apoyo a las causas feministas, se colgaran un moño morado y postearan imágenes que los proyectan como aliados de ellas, respetuosos y enjundiosos por levantar la voz y unirse a la lucha por sus derechos humanos. Pero no rompen el pacto patriarcal ni en lo público, ni en lo privado. Así que veremos pura hipocresía machista.
Antes, durante y algunos días posteriores al Día Internacional de la Mujer las estadísticas de feminicidios, acoso, abuso sexual, violencia doméstica, desigualdad laboral y política, discriminación y reformas a las leyes de género estarán saturando la agenda mediática. Toda la evidencia sobre la disparidad entre hombres y mujeres estará en la narrativa, pero al día siguiente, los espacios serán devueltos a lo que dicta el sistema patriarcal.
Supongo, que hasta el presidente será capaz de llevar a su mañanera a su gabinete paritario, sentarlas ahí y dejarlas hablar sobre las acciones de su gobierno para beneficio de las mexicanas, estrategias sin rumbo, tardías que no se reflejan en buenos resultados para cambiar nuestra realidad.
Pero la problemática real la veremos en las calles, las colectivas feministas en franca resistencia gritaran a todo pulmón el nombre de las asesinadas, las desparecidas, las violadas y las violentadas en todos sentidos. De nuevo visibilizaran a sus victimarios y a la impunidad y la corrupción que no permite hacer justicia a los casos de mujeres agredidas, en todos los ámbitos.
Ahí vienen, pisando fuerte, las activistas, encapuchadas para defenderse de la represión policial y pública.
Hay mucho ruido entorno a la lucha feminista, pero les recomiendo no perder de vista el origen de las manifestaciones, no son politiquerías, ni son caprichos, es una emergencia nacional, están luchando por los derechos de tu madre, tus hermanas, tus hijas, tus compañeras, el derecho a una vida libre de violencia de todas las mujeres.
POR GUADALUPE ESCOBEDO CONDE