TAMAULIPAS.- Apenas vamos a mitad de mes y este marzo quedará inscrito en la memoria colectiva como una temporada de fuerte activismo feminista, más allá del 8 y el 9, los días posteriores las mujeres siguen encabezando la nota informativa, espacios de opinión y hasta haciéndose presentes en el discurso presidencial.
Los ecos de las manifestaciones en las calles, siguen ahora en la agenda mediática y en las redes sociales, la ola morada que precede a la primavera 2021 está más intensa que nunca y provoca confesiones de muchas y muchos, que abren el debate sobre la imperiosa necesidad de cambiar las formas de relacionarnos, tanto en público como en privado.
A Brozo, el comunicador que se escuda en una máscara y se asume como actor teatral para presentar noticias y formar opinión, le ha llegado su hora, después de muchos programas pendencieros donde la figura femenina fue expuesta como objeto, ha decidido declararse feminista y no se reconoce como machista y misógino.
Sin llegar a plantear una disculpa pública, sus explicaciones sobre los formatos televisivos que uso por muchos años, no le eximen de la responsabilidad social de forjar conductas de agresiones hacia la mujer.
Ni siquiera el hecho de que las participantes en sus pasarelas noticiosas intenten defenderlo como un jefe o compañero respetuoso, le borrará la estela de acosador y abusador sexual, que él mismo proyecto de sí en pantalla abierta y en horarios matutinos.
Víctor Trujillo, igual que Loret, Roemer o Ricardo Rocha, entre muchos más, son personajes públicos que se han puesto del lado de las mujeres cuando les conviene y precisamente intentando subirse a la marea feminista comenzaron a elevar su tono de voz, viendo nada más la paja en el ojo ajeno.
Pero las huellas los delatan y sin documentos imborrables de toda una historia de comunicación que ha abonado a tener el país que ahora tenemos, donde la mujer es puesta en venta como “atractivo visual”.
En lo que parece una constante, las televisoras nacionales se han ocupado y mucho de degenerar la convivencia entre hombres y mujeres, proyectándolas a ellas como simples objetos o cosas y a ellos, dotándolos de la palabra y la conducción de las ideas, en cualquier espacio, ya se de noticias o de entretenimiento, en horarios infantiles o nocturnos, reafirmando el simbolismo de que en México, las mujeres “calladitas se ven más bonitas”, están para “darse la vueltecita” y permitir que les hagan fila, para que se les “agasaje”.
Brozo declaró que no es violador, ni acosador, ni misógino, pero las evidencias públicas lo retratan como un tenebroso presentador que para sostener audiencias se colgaba, casi en todos sus programas, de una mujer sumisa, no hablante y dispuesta para aceptar las insinuaciones públicas de sus invitados.
Claramente fue un personaje que contribuyó a la cultura machista que nos agobia a todas, marcó pauta para otras producciones con mismo formato y dejó escuela en la escena del espectáculo y la noticia basado en la denigración de la mujer.
Si está dispuesto a cambiar, bienvenido, como también es bienvenido el debate que ocasiona para que todos pongan sus barbas a remojar.
EN BOCA DE TODOS / GUADALUPE ESCOBEDO CONDE
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— Expreso (@ExpresoPress) January 5, 2021