CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.- Don Valente Mendiola, de 62 años de edad sufrió un infarto cerebral que lo dejó en silla de ruedas para siempre; vende plantas en su casa para subsistir.
Vive con su esposa Amalia Bautista de 53 años de edad, quien todos los días sale a la calle, y ayudada con un triciclo recolecta aluminio y fierro en la calle, mismo que vende para ayudar a su esposo en los gastos de la casa.
El matrimonio tiene su domicilio ubicado en la colonia Azteca 3a etapa, a orilla del bulevar Praxedis Balboa, donde a simple vista se aprecian sus plantas a la venta sobre la banqueta de su casa.
“Yo trabajaba como velador, y de repente me dio un infarto cerebral, lo que me dejó ya en silla de ruedas desde hace tres años, y pues la gente me traía aguacatitos para comer, sembrando yo al final la bola” comenta don Valente.
Agrega, que cuando vio que las plantitas empezaron a salir, de ahí él comenzó a cortar “poditas” para seguir sembrando, y al salir más plantitas comenzó con la venta de las mismas, haciendo lo mismo con la albahaca.
“La gente que le conoce me empezó a regalar plantitas de todo tipo, para yo venderlas y ayudarme con unos pesitos, y así inicié con esto de las plantas, ahora ya hasta tierra en costales tengo”.
Su esposa, Maria Amalia Bautista Sánchez sale todas las mañanas caminando con si triciclo por un lado, donde va recolectando aluminio y fierro, el cual al final del día vende para también aportar en los gastos del hogar.
Mientras, en su casa Don Valente sentado en su sill de ruedas vende ya casi de todo tipo de plantas, entre ellas rósales, albahaca, belem, rosa del desierto, corona de cristo, romero, y hasta costales de tierra para plantas, todo a un precio accesible.
Dentro de la conversación dijo que necesita de un tinaco, pues muy aparte de ser necesario, señala que en ocasiones no puede juntar agua, y las plantas se le secan, generando esto una pérdida económica ya que tiene que las tiene que pagar.
“Las plantas y la tierra las compro a una persona que tiene vivero, quien me da precio, y en ocasiones hasta me las fía para yo ayudarme con la venta de las mismas” finalizó.
Por. Jesús Berlanga