Apenas ayer escribí en este espacio que entre simpatizantes del PRI y Morena y en menor medida del PAN, se mencionaba con insistencia a César Verástegui Ostos como aspirante a la nominación por la gubernatura en 2022.
Bueno, ayer al mediodía se generó un alboroto en el estado pues en un evento realizado en el municipio de Casas, el gobernador Francisco García Cabeza de Vaca lo presentó como el responsable de la gobernabilidad del estado y ponderó algunos de sus atributos, pero lo hizo en una actividad del DIF.
El mensaje fue interpretado como un virtual “destape” del número 2 en la estructura gubernamental, a quien casi de inmediato algunos panistas vieron como el más probable para ser el candidato a la gubernatura.
Las especulaciones en torno a este mensaje oficial se centraron en la confianza mostrada por Cabeza de Vaca hacia su Secretario General de Gobierno y cuando dijo que “a veces no se ve, pero se siente su presencia” o que “lo van a empezar a ver más “, en clara referencia al papel de mayor protagonismo que Verástegui va a tener a partir de ahora. Eso no debe sorprender, porque de todos es sabido que ambos tienen una relación de trabajo de años atrás.
Creo que debemos dar por hecho que fue una línea a los panistas y la población para que vayan viendo a algunos de los posibles abanderados.
Es necesario que los azules apoyen la eventual nominación de quien vaya a ser el candidato del PAN, pues deben trabajar en sanar rápido las heridas provocadas por la derrota.
El que se haya dado esta señal indica que ante las circunstancias, el gobernador decidió tomar decisiones pragmáticas para ir mostrando sus posibles opciones.
Después del embate jurídico, político y mediático por parte de la autollamada 4T, tras la derrota del PAN en los principales municipios y la mayoría del Congreso, el margen de maniobra de García Cabeza de Vaca se redujo drásticamente y la lista de aspirantes bajó muchísimo.
En ese contexto debe entenderse este aparentemente tempranero destape de Verástegui como posible candidato del PAN a la gubernatura, pues entre más rápido permee la idea entre panistas y sociedad civil la narrativa de que debe prevalecer la unidad y presentar un candidato competitivo, mejor puede el blanquiazul seleccionar a su aspirante.
En esta decisión deben contar la lealtad e institucionalidad de los aspirantes con el proyecto estatal y también una evaluación profunda de sus ventajas y desventajas, de sus positivos y negativos.
Lo de ayer fue claro, pero no quiero pensar que fue un madruguete del gobernador, sino más bien, una acción para medir reacciones.
Hasta ayer, solamente Luis René Galván, conocido como “Cachorro” había expresado una especie de respaldo al Secretario General de Gobierno. Quizá se den más pronunciamientos en estos días. Quizá no.
En lo personal, creo que Verástegui es una carta que era previsible mencionar, por las responsabilidades y la relación que mantiene con su jefe desde hace años. Insisto: conoce
a grupos políticos y de la sociedad civil. Sabe qué y cómo se mueven las cosas en el estado, pues es parte de su trabajo para garantizar la gobernabilidad.
Sostengo la hipótesis de que sirvió para medir reacciones ante una posible postulación del Secretario General de Gobierno y fue un mensaje para propios y extraños.
De las cartas que tenía Cabeza de Vaca para presentar en la sucesión, quizá solo quedan con posibilidades Verástegui y el Alcalde de Tampico, Chucho Nader, quien no ha expresado si tiene interés o no en participar.
Decía que las opciones no son muchas y que ante la necesidad de ir presentando a cada uno desde ahora, obedece a ese interés por medir las reacciones de la gente.
Si pensamos en que el PAN quiere realmente competir con posibilidades de ganar, lo lógico es que no puede ir desde ahora solamente con un aspirante.
Sería temerario asegurar que lo ayer fue definitivo, porque entonces se mostraría anticipadamente el juego político del gobernador y eso no lo dicta así el manual de la política. No se estila, no tendría sentido.
Por eso creo que no hay que descartar a Gerardo Peña o a Chucho. Es más, hasta a un priísta convertido en aliado del PAN como Oscar Almaraz, Enrique Cárdenas del Avellano o Alejandro Guevara Cobos.
Faltan meses pero lo de ayer ya lo vieron muchos como una anticipación de lo que puede pasar: una eventual nominación de Verástegui. A menos que de aquí en adelante el gobernador haga lo mismo con otros. Vamos a ver.
POR TOMÁS BRIONES