TAMAULIPAS.- Los principales actores políticos de Morena en el estado, incluso aquellos que se han pronunciado abiertamente para buscar la candidatura en el 2022, han coincidido en que su partido carece de una estructura formal, y que ello podría convertirse en un riesgo para su principal objetivo político que es ganar la gubernatura de Tamaulipas.
El diagnóstico es claro: en el estado no hay comités municipales -no al menos que se conozcan- y a nivel estatal el partido cuenta con dos órganos, cuyas atribuciones y obligaciones no están del todo claras.
Por un lado, el Comité Estatal que hasta el inicio del proceso electoral estaba en manos del profesor Enrique Torres, famoso por sus pleitos con casi todos los liderazgos morenistas del estado, y por bombardear con impugnaciones a la dirigencia nacional. En pleno periodo de campañas, Torres fue destituido y en su lugar se nombró a Oscar Alarcón, de Nuevo Laredo.
Alarcón es un personaje relacionado con Erasmo González Robledo, quien se ha convertido en los últimos meses en el tamaulipeco más cercano a Mario Delgado; desde entonces, el maderense ha realizado un papel de delegado adjunto en el estado.
El problema es que hasta la fecha, nadie ha oficializado el nombramiento de Alarcón, ni la salida de Enrique Torres. Es decir, la dirigencia estatal del partido se encuentra en el aire. El otro órgano dentro de la estructura del partido en Tamaulipas es el Consejo Estatal, que tras el fallecimiento de Antonio Leal Doria, ocupó Jaime Oyervides, quien también vive enfrentado con el comité nacional. No hay mucho más.
Por eso, la selección de candidatos para la elección del 2021 se tornó tan caótica. Quedará para el recuerdo, aquella noche al filo de las 0:00 horas del 1 de abril, cuando arribaron a las instalaciones del IETAM diferentes grupos de morenistas con sus respectivas listas para registrar a sus propios candidatos. Entre ellos, el dirigente estatal que hasta el último momento se aferró a que fueran sus registros los que prevalecieran.
Al final, claro, surtieron efecto las inscripciones que realizó el representante de Morena ante el IETAM, que respondía a las indicaciones del Comité Nacional. A la fecha, ninguna de las impugnaciones del Comité ni del Consejo Estatal han surtido efecto alguno. Pero de ese tamaño es el laberinto institucional de Morena en Tamaulipas. Y el problema para ellos, es que en la esfera nacional la situación no es muy distinta.
Ayer 11 de julio debió haberse realizado la sesión del Consejo en la que se sentarían las bases para la renovación de toda la estructura partidista, desde los municipios hasta el comité nacional. Al final, la titular del Consejo, Bertha Luján, informó que la reunión no se llevaría a cabo porque la dirigencia solicitó más tiempo para presentar un informe sobre los resultados de la elección.
Todo esto, en el contexto del abucheo que se llevó Mario Delgado en el festejo por los tres años del triunfo de López Obrador, donde en cambio la jefa de gobierno Claudia Sheinbaum, salió ovacionada al grito de ¡Presidenta!.
Está claro, que la grilla por la sucesión presidencial ya se desató al interior del Movimiento de Regeneración Nacional. Y el proceso electoral de Tamaulipas, que culminará el 5 de junio del año que entra, también deberá analizarse a la luz de la lucha interna que ya libran los presidenciables.
CATALEJOS / MIGUEL DOMÍNGUEZ FLORES
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— Expreso (@ExpresoPress) January 5, 2021




