5 diciembre, 2025

5 diciembre, 2025

Proceso interno: una carnicería

CATALEJOS / MIGUEL DOMÍNGUEZ FLORES

TAMAULIPAS.- No es nada fuera de lo común: los meses previos al inicio de una campaña por la gubernatura, se pone a prueba la unidad de los partidos, y su capacidad, para enarbolar un proyecto político sin fisuras.

Por eso, era de esperarse que conforme se acercara el proceso electoral que formalmente comenzará el 12 de septiembre, arreciara poco a poco el fuego amigo al interior de los partidos. Quizás lo que sí resulte distinto ahora, es la rapidez con la que escaló el clima político.

Tanto, que a estas alturas ya es evidente que ni el PAN, ni Morena, ni el PRI, podrían presumir de una absoluta estabilidad a prueba de grillas internas. Acción Nacional tiene la ventaja de contar con un claro líder político en Tamaulipas.

El gobernador, como reza el lugar común, es el primer panista del estado y difícilmente habrá una revuelta que ponga a prueba ese liderazgo. Pero es cierto que en las últimas semanas se han formado dos bloques muy claros que disputarán la candidatura del 2022; por un lado el que se aglutina en torno a César Verástegui, el Secretario General de Gobierno; y por el otro quienes le apuestan a la opción del alcalde de Tampico, Jesús Nader.

Ninguno de los dos romperá las formas, obviamente, pero en el marco de una clara competencia política harán lo que esté a su alcance para resultar favorecidos con la candidatura. ¿Cuántas heridas ocasionará esa disputa? Lo veremos al final de la carrera por ahí de diciembre.

En Morena la situación podría tornarse más complicada. En primer lugar porque tras los resultados del 6 de junio, la candidatura del 2022 se volvió mucho más codiciada.

Eso explica que sean tantos los que han levantado la mano en público, y en privado. Va una lista: Américo Villarreal, Rodolfo González Valderrama, Héctor Garza, Erasmo González, Alejandro Rojas Díaz Durán, Mario López, Adrián Oseguera, Felipe Garza Narvaez. Entre las mujeres podría anotarse a la alcaldesa de Reynosa, Maki Ortiz; a la senadora Guadalupe Covarrubias o a la alcaldesa electa de Nuevo Laredo, Carmen Lilia Canturosas.

Muchos de ellos, con apoyos de liderazgos nacionales de Morena, que a su vez se encuentran enfrentados desde ahora de cara a la sucesión presidencial del 2024.

Sin una estructura estatal medianamente formal, los morenistas llegan a un proceso sucesorio en Tamaulipas que podría convertirse en una carnicería. Estará a prueba la mano de Mario Delgado, el dirigente nacional, pero también la capacidad de los mismos aspirantes para poner por delante los intereses del partido antes que los propios, por más iluso que eso parezca.

Pero quizás la situación más caótica la viva el PRI, que avanza a la elección sin tener claro todavía qué papel jugará. Hay al interior del partido dos posiciones muy claras: un grupo que buscan encabezar personajes como Ramiro Ramos y Alejandro Guevara Cobos, que claman por una alianza con Acción Nacional; y otra, que parece empujar su dirigente estatal, Edgar Melhem, que evidentemente preferiría sumarse a Morena.

La verdad es que en ninguna de las dos opciones queda claro cuál sería el beneficio real para el partido, en una elección en la que no hay más cargos para negociar.

Como sea, al final de cuentas, la decisión la va a tomar el Comité Ejecutivo Nacional. Lo que está claro es que a cinco o seis meses de que los partidos deban definir sus alianzas y sus candidatos, sus dirigentes tienen más dudas que certezas.

CATALEJOS / MIGUEL DOMÍNGUEZ FLORES

Facebook
Twitter
WhatsApp

DESTACADAS