Finalizaba el año de 1954. Un joven adolescente, José Puente León, abandonó Ciudad Madero para iniciar los estudios de Ingeniería Civil en la Universidad Nacional Autónoma de México, en la capital del país.
Apenas instalado en el Distrito Federal, su padre, José Puente Cruz, que viajaba con él, le pidió que lo acompañara a la cárcel de Migración, ubicada en la calle de Miguel Shultz, a visitar a un amigo nicaragüense, Noel Guerrero Santiago, apresado en esos días por las autoridades migratorias mexicanas.
Junto con Noel, estaban detenidos también Fidel Castro Ruz, el hermano de éste, Raúl, Camilo Cienfuegos, Ernesto ‘El Che’ Guevara, Ramiro Valdez y Juan Almeida, entre otros revolucionarios que unos años más tarde derrocarían al dictador Fulgencio Batista.
Noel Guerrero, en cambio, crearía a principios de la década de 1960 el Frente Sandinista de Liberación Nacional que en 1979, después de 16 años de intensa lucha guerrillera, aniquilara a la tiranía de Anastasio Somoza Debayle que durante décadas flageló al pueblo de Nicaragua.
En la cárcel de Migración, los Puente y los detenidos hablaron de la Revolución y al calor de la plática revolucionaria Fidel Castro le confió a José Puente Cruz los planes de que pronto emprendería una lucha armada para liberar a Cuba de la dictadura batistanea.
Los rebeldes extranjeros habían sido detenidos por agentes de la Secretaría de Gobernación tras ser sorprendidos efectuando prácticas guerrilleras en las faldas del volcán Popocatépetl, en las cercanías del poblado de Amecameca, Estado de México, en unos terrenos del General Lázaro Cárdenas ubicados allí, que utilizaban como campo de entrenamiento.
Fidel dijo que tenían programado viajar a Cuba para iniciar la revolución armada contra Batista pero que el motor del barco que pensaban utilizar para llegar a la isla estaba descompuesto y no sabían a quién pedirle que lo reparara.
José Puente Cruz le ofreció a Castro que él podía ayudarle y en el acto le pidió que le indicara el sitio en el que se encontraba la máquina de la embarcación para ir por ella y arreglarla.
Como en esos días Puente Cruz trabajaba en el almacén de la Refinería Madero, consiguió un camión de Pemex y le pidió a su hijo y a varios mecánicos amigos suyos que viajaran hasta Santiago de la Peña, del otro lado del puerto de Tuxpan, Ver., en donde Fidel Castro y los guerrilleros cubanos tenían su guarida y escondían el Granma descompuesto, que ahora es un museo.
En tres días desmontaron el motor y lo trajeron a Tampico a un taller de Don Luis Sigrist de la calle Tamaulipas, en donde lo ajustaron. Fidel Castro quien junto con sus amigos de lucha ya había sido liberado gracias a las influencias del general Lázaro Cárdenas, vino personalmente por él al puerto y los mecánicos tampiqueños llevaron la máquina a Tuxpan y la montaron al buque.
Durante su estancia en Ciudad Madero, mientras el motor era reparado, los revolucionaron se alojaron en la casa del señor Puente Cruz, localizada en el número 29 de la calle Aduana de la colonia Galeana, ‘a la orilla del río Pánuco’.
La presencia de los extranjeros despertó suspicacias entre los maderenses que corrieron la voz de que en la casa del dirigente de la Sección Uno del sindicato petrolero estaban hospedados unos comunistas cubanos, quienes, a pesar de todo, aprovecharon la estadía para conocer la ciudad y divertirse a lo largo de las tres semanas que duró la reparación del motor.
El 26 de noviembre de 1956, Castro y los compañeros de armas se hicieron a la mar en Tuxpan en el legendario ‘Granma’ y una semana después, el 2 de diciembre, llegaron a Cuba para empezar la guerra contra Batista desde la Sierra Maestra.
Al triunfo de la Revolución Cubana en 1958, José Puente Cruz y su esposa se fueron a radicar a la Isla. Castro Ruz encomendó al líder sindicalista de Ciudad Madero que impartiera una cátedra sobre sindicalismo por la televisión a través de un programa especial que se transmitía desde La Habana.
José Puente León, el hijo se integró después al grupo fundador del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y en 1963, recién graduado de Ingeniero Civil, viajó a Nicaragua para unirse al movimiento armado que derrocaría a Somoza Debayle el 17 de julio de 1979.
POR JOSÉ LUIS HERNÁNDEZ CHÁVEZ
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