Mientras el PAN y Morena, las dos principales fuerzas políticas del estado, perfilan su estrategia para la próxima elección, los demás partidos también buscan acomodo en un escenario que podría ser inédito para la entidad.
Todo hace suponer que, a pesar de que la dirigencia estatal del PRI pudiera oponerse, desde el Comité Ejecutivo Nacional bajarán la linea para que en Tamaulipas se formalice una alianza con Acción Nacional, en la que -nada más por no dejar- también participaría el PRD.
Y Morena presentará una nueva versión de la alianza “Juntos haremos historia” con el Partido del Trabajo, que en términos de votos tiene casi el mismo peso que el partido del sol azteca.
Salvo que algo extraño pase en el contexto nacional, en Tamaulipas el PVEM no entrará en esa coalición.
Ahí es donde empieza a ponerse interesante la historia. No porque partidos como el Verde o Movimiento Ciudadano tengan posibilidades de ganar la gubernatura, sino porque en una elección que pudiera cerrarse en la recta final, podría cobrar relevancia lo que hagan o dejen de hacer estos dos partidos.
El Partido Verde, regenteado a nivel nacional por el chiapaneco Manuel Velasco que sostiene una suigeneris sociedad político con el presidente López Obrador, volverá a cambiar de administración en Tamaulipas.
El grupo de ex priístas comandado por César García y Manuel Muñoz Cano que participó en la elección de San Luis Potosí, se hará a cargo a partir de ahora de esas siglas, que no les son tan ajenas si recordamos que durante el geñismo, el Verde se convirtió en un apéndice del PRI.
Su intención, por ahora, es presentar un candidato propio y ya andan en búsqueda del perfil idóneo.
El otro partido que desde la tercera o cuarta posición en las preferencias podría influir en los resultados finales,
es Movimiento Ciudadano, que nivel nacional vive su momento más importante tras la victoria de Samuel García por la gubernatura de Nuevo León.
Por lo pronto es el único partido en la entidad que ya tiene casi amarrado a su candidato para el 2022.
Otro ex priísta, Arturo Díez Gutiérrez, es quizás el primer nombre asegurado en la boleta del 5 de junio del próximo año.
¿Qué llevó a Gustavo Cárdenas y Dante Delgado a ofrecerle en bandeja de plata esa posición con tanta antelación? Más allá de sus alcances económicos -tiene la posibilidad de enfrentar una campaña a la gubernatura sin mayores problemas- es difícil adivinarlo.
No tiene, ni cerca, el perfil de los dos candidatos más exitosos en la historia de esa franquicia: Samuel García y Enrique Alfaro; y su paso por la alcaldía de Victoria difícilmente le serviría como carta de presentación para pedir el voto.
En todo caso, a diez meses de la elección, tanto Movimiento Ciudadano como el Partido Verde tienen la posibilidad de venderse como la tercera vía para aquellos votantes que decidan sacarle la vuelta a Morena o al PAN. Lo que hagan al final de las campañas con ese capital político que pudieran obtener es una incógnita.
LAS LECCIONES DE LA CONSULTA
La bajísima participación de la ciudadanía en la consulta popular de ayer, además de representar un importante golpe político para Morena, deja un par de lecciones: 1) sin promoción efectiva ningún ejercicio de este tipo podrá tener éxito. 2) Lo complejo de la pregunta estampada en las boletas sepultó cualquier atisbo de entusiasmo.
POR MIGUEL DOMÍNGUEZ FLORES
