TAMAULIPAS.- Cuando en Reynosa se cocinaba el brinco de Carlos Peña Ortiz a Morena, en un acto poco frecuente al interior de ese partido la dirigencia nacional tendió una red para evitar que otros aspirantes armaran una rebelión.
Una mini operación cicatriz que en realidad se concentró en Armando Zertuche, el diputado federal que en aquellos momentos se mencionaba como el más sólido prospecto a la candidatura.
A Rigo Ramos, el diputado local que aseguraba ser indispensable para obtener la victoria, ya lo tenían medido.
Sabían bien lo que se confirmó poco después, que más allá de sus fantochadas en el Congreso (quedarán para el registro legislativo esas sesiones en las que sacaba de su traje fajos de billetes para presumirlos a los demás diputados), no representaba nada en términos electorales.
Con Zertuche el trato fue muy claro. La dirigencia nacional, a través de Erasmo González, le ofreció la segunda posición plurinominal, y la presidencia de la Junta de Coordinación Política, en un momento en el que una mayoría morenista todavía se veía como algo lejano.
El problema vino justamente cuando, el 6 de junio se conoció la magnitud de la victoria. El control administrativo del Congreso se convirtió en el objeto del deseo de una buena cantidad de diputados que entre otras cosas reclaman que ellos obtuvieron su curul a través de las urnas, y no por la vía de la representación proporcional como el reynosense.
El primero en agitar las aguas fue José Braña, el sobrino del presidente, que tiene un impedimento de origen: como lo postuló el Partido del Trabajo, no podría ocupar esa posición. Desde la frontera surgió otro intento de sublevación morenista: el diputado Eliphalet Gómez, ex priísta originario de Valle Hermoso, también levantó la mano.
Antes, en Matamoros se había mencionado a Alberto Granados, el actual director de Desarrollo Social del Ayuntamiento; y en Reynosa al ex panista Humberto Prieto Herrera.
Fueron tantos los que se anotaron, y tantos los misiles de fuego amigo, que Erasmo González llevó la queja a la Ciudad de México, lo que a la postre habría derivado en la encerrona del pasado fin de semana en Madero, donde además de leerles la cartilla a los próximos diputados locales, se insistió en que la línea desde las alturas morenistas apunta en favor de Zertuche.
En cualquier otro partido eso sería suficiente para aplacar las ansias de los sublevados, pero como en Morena a duras penas se distinguen los liderazgos formales, queda claro que el grupo parlamentario que debutará el 1 de octubre, saldará a la cancha legislativa con el vestidor roto y sin director técnico.
URGE REGRESO A CLASES
El posible regreso a clases hizo coincidir, aunque sea por una vez, a la Presidencia de la República y al gobierno del estado. Con sus inevitables matices, ambos están de acuerdo en que es urgente que los alumnos empiecen el retorno a las aulas.
Han pasado más de 12 meses tomando sus clases a distancia, y en todo el mundo los especialistas coinciden en que más tiempo así, significará un daño significativo en el desarrollo educativo, sobre todo, de los más pequeños.
Claro, para que el reinicio de las actividades presenciales en los planteles ocurra de manera segura para los alumnos, los maestros y sus familia, se requiere de estrictos protocolos, y que todos los involucrados pongan de su parte. Es un reto mayúsculo, pero impostergable.
CATALEJOS / MIGUEL DOMÍNGUEZ FLORES
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— Expreso (@ExpresoPress) January 5, 2021