Pánuco.- Sin duda la grandeza de Pánuco es su gente y esto quedó demostrado en la increíble respuesta brindada por todos los ciudadanos que de manera solidaria apoyaron donando víveres e insumos diversos a los damnificados por el huracán “Grace”.
Lo anterior porque en el lapso de una semana la convocatoria encabezada por el colectivo “Unidos por Pánuco” para apoyar a cientos de familias afectadas por el paso del referido huracán, no se hizo esperar y la instalación de tres centros de acopio permitieron se realizará un primer envío de 6 toneladas de víveres para los afectados.
La operación de los centros de acopio continuó y lejos de reducirse la respuesta de las donaciones, ésta prácticamente se duplicó alcanzando el segundo envío la cantidad de 11 toneladas de víveres diversos como alimentos enlatados, agua, productos de higiene personal, ropa y calzado en buen estado entre otros, en total con este segundo y último envío se sumaron 17 toneladas.
La profesora Maritza González, integrante de este colectivo, emocionada reiteró de nueva cuenta las felicitaciones y el agradecimiento de su parte y a nombre de su esposo el alcalde electo Óscar Guzmán de Paz, por la respuesta de los ciudadanos, por su solidaridad, empatía y generosidad, ya que en tiempo de crisis dieron algo de corazón para sus hermanos en desgracia.
La profesora Martiza destacó, “Quiero ser reiterativa en este aspecto, por eso hacemos estos en vivos, porque es importante destacar que las cosas buenas que hace la gente se den a conocer, porque esto nos muestra que Unidos haciendo equipo, Pánuco puede lograr todo lo que se proponga esto es una pequeña muestra de la grandeza de nuestra gente y queremos que el crédito sea para ellos, que la gente sepa que unidos ellos han hecho la diferencia y estamos muy agradecidos”.
El segundo envío partió con dirección a la capital del estado la mañana del martes siendo los paquetes organizados por integrantes del colectivo que realizaron una extraordinaria labor para agilizar la llegada de los víveres a los afectados.
Por Víctor Montiel