8 diciembre, 2025

8 diciembre, 2025

El señor de las cobijas “le quitó el frío” a una tamaulipeca

Cupertino Cortez es de Tlaxcala, tiene 28 años “gritando” en la venta de cobijas, y hace 14 años en la Expo Mex de Nuevo Laredo atendió a una mujer, con la que se casó y ya tiene dos hijos, residen en Oaxaca.

CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.- Con 43 años de edad, y 28 de experiencia en la venta de cobijas en las ferias de toda la república, “el señor de las cobijas” conoció y se enamoró de una mujer tamaulipeca a la que terminó “quitándole el frío” y se casó con ella; él es de Tlaxcala y ahora viven en Oaxaca donde tienen más de 14 años de casados y ya con dos hijos.

Cupertino Cortez Contreras señala que inició en las ventas a los 15 años de edad en Sinaloa, ya que su padre también se dedicaba a la venta de cobijas.

“Yo dejé el estudio, y a los 15 años en una feria de Sinaloa comencé en esto, y ya llevo 28 años “gritando” en la venta de las cobijas”.

Cupertino los cuenta que ha recorrido toda la república mexicana, he incluso han salido a vender a Guatemala.

Menciona que ahora durante la pandemia no había trabajo, pues cancelaron todas las ferias y todo tipo de eventos, por lo que tenían “ranchear” en pueblos chicos, donde se instalaban para poder vender la mercancía.

Dentro de las experiencias de Cupertino están haber conocido a su esposa Brenda en la Expo Mex de Nuevo Laredo, Tamaulipas, con quien ya procreó dos hijos, y residen en Acatlán de Pérez Figueroa, Oaxaca.

“Hace aproximadamente 14 años en la feria de Nuevo Laredo se acercó una mujer muy guapa para preguntarme unos precios, y ahí “la fleché”, comencé a tratarla y me la llevé, nos casamos y tenemos dos hijos”.

En cuanto a su trabajo, Cupertino nos señala que duran hasta tres horas “gritando” pero se turnan en espacios de 30 minutos, y son hasta tres relevos.

El nombre verdadero de ellos es subasteros, pues realizan subastas públicas, sin embargo la gente los conoce como gritones, o el señor de las cobijas.

“La vida de nosotros prácticamente es nómada, pues nos la pasamos de un lugar a otro, y al menos yo, procuro trabajar un mes, y retorno a mi casa con la familia 15 días, ya después me reincorporo a la subasta en la ciudad que corresponda” finalizó el famoso “señor de las cobijas”.

Por Jesús Berlanga

Facebook
Twitter
WhatsApp

DESTACADAS