TAMAULIPAS.- Aunque todos los Presidentes de México han puesto en diferentes planos de la historia al Ejército Mexicano, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, los colocó en la primera posición de la construcción del país.
Felipe Calderón, puso al Ejército en un frente de batalla contra la delincuencia que, generó un desgaste y los daños colaterales y la violación de derechos humanos, significaron reclamos muy fuertes de la sociedad que siguieron en el gobierno de Enrique Peña Nieto, quien amplió las facultades de la milicia.
Con López Obrador, el papel de los militares ha sido primordial y están en primer plano, porque no solo dio más facultades, los tiene haciendo tareas civiles y está gobernando con ellos. La Sedena, principalmente, todas las fuerzas federales, tienen un papel específico en las tareas oficiales de gobierno y no solo en la seguridad, también en la Obra Pública y ahora en los Servicios de Salud.
Hoy la SEDENA, está convertida en la Constructora más grande del país y tiene en la bolsa, el presupuesto más amplió del gobierno mexicano, porque el presidente deposita en ellos, la mayor confianza por encima de cualquier Secretario o funcionario de su propia administración. Las fuerzas armadas y no es reciente, están ya en la gran mayoría de los Gobiernos Estatales y municipales del país.
La mayoría de los Secretarios de Seguridad Pública provienen del Ejército Mexicano o de la Marina. El estar cogobernando con el ejército, muestra un proceso de colonización militar en México y Tamaulipas, no escapa de ello. Las principales obras públicas del Gobierno Federal las construye o supervisa el Ejército. Algunos mandos y militares en la obra de construcción del Aeropuerto Internacional “Felipe Ángeles”, nos revelaba ese proceso de “tareas civiles” desde las fuerzas militares en el país y en las mismas tareas de Seguridad Pública.
“Mire, si esta obra la estuvieran haciendo otras personas, el costo de la obra se hubiera elevado, el robo de material se estaría dando a destajo, y hubiera gente que no trabajara y se extendieron los tiempos de la obra, aquí eso no pasa”. Lo que la tropa no ve con buenos ojos pero tampoco lo dice públicamente, es que, en las obras que ordena el Comandante Supremo, nadie gana un salario extra.
El personal de Sedena que trabaja en Obras Públicas, gana el mismo salario por su grado militar y profesión. Los Marinos que están en las aduanas o en los puertos, no tienen un salario extra por hacer trabajo de civiles administrativos.
Quienes son Secretarios de Seguridad Pública y provienen del Ejército Mexicano o la Marina, tienen un salario por parte del Estado, y mantienen algunas prerrogativas oficiales por sus grados militares. Visto por los mismos militares, el Presidente les tiene confianza por su lealtad y honestidad y rechazan una militarización.
“No robamos al país”, enfrenta un militar de la tropa. Sin embargo, hay un acompañamiento militar en el gobierno de López Obrador, quien rechaza un proceso de militarización en el país. Históricamente, los países donde los Presidentes han gobernado con los militares se vuelven en dictaduras y hubo muchos, donde los militares tomaron el poder, particularmente en América Latina.
El Presidente rechaza la militarización en México, pero tener al ejército en la Obras Públicas, en tareas de Salud, trabajos administrativos en aduanas y puertos, o designarlos como responsables de la seguridad en los Estados y los municipios, hace ver una claro manejo de la vida civil en manos de las fuerzas armadas.
EL MURO S.A. / ARTURO ROSAS H.