TAMAULIPAS.- Durante la celebración del tercer año de gobierno, el presidente López Obrador reiteró que lo más importante de la 4T es el cambio de mentalidad (que lo llamó revolución de la conciencia), lo cual acerca a lo irreversible, es decir, al no retorno del neoliberalismo el que hay que entender, está en proceso de extinción.
El discurso de AMLO duró algo más de una hora en la que resumió lo realizado, esencialmente a favor de los marginados que fueron el punto central de su mensaje, destacando desde luego, los programas tendientes a lograr la justicia social negada por los anteriores regímenes.
Fue como un homenaje a los pobres de los que repitió, han de ser primero por el bien de todos y donde con palabras apasionadas condenó a los conservadores cuya voracidad propició la crisis nacional. El escenario inmejorable: el zócalo y sus alrededores con una asistencia aproximada a las doscientas cincuenta mil personas que se acomodaron como pudieron para estar con su líder.
Presencia criticada por sus adversarios debido a riesgos sanitarios, pero incapaces de hacer lo mismo con los empresarios y mafias futboleras que abren los estadios de fútbol, y otros centros de esparcimiento a toda su capacidad, al tiempo que realizan el gran negocio de venta de alcohol. El acto disgustó a “las buenas conciencias” de los reaccionarios que no esperaban el respaldo popular hacia AMLO.
Ellos desearon ver vacía la Plaza de la Constitución, suponiendo que los triunfos circunstanciales en algunas alcaldías (antes llamadas delegaciones), se reflejarían en desinterés por el informe de AMLO, sin embargo sucedió lo contrario, y las evidencias son más que elocuentes.
En concreto, el magno evento del primero de diciembre superó todas las expectativas, agregado sea que significó también un botón de muestra que refleja la indestructible relación entre la mayoría popular y el Presidente de México. Importa asimismo, porque ratifica los objetivos de justicia social y la determinación de seguir combatiendo el mayor cáncer que afectó a la república, es decir, la corrupción.
Usted dirá que también sirvió “para placear” a algunos (as) señalados (as) como presuntos (as) aspirantes a suceder a AMLO, y tiene razón. En este sentido ni como negar que Claudia Sheinbaum fue la más “apapachada” por quienes están convencidos de que esta mujerona es quien mejor interpreta los ideales de AMLO, además de reconocerle su valor, rectitud y honestidad ideológica desde sus tiempos estudiantiles.
EL QUE NO LLEGÓ
En torno de la señalada celebración, algunos medios de comunicación y sus “analistas”, han hecho un escándalo respecto de la ausencia de Ricardo Monreal, lo cual pretenden ver no solo como un acto de indisciplina, sino como abierta confrontación con López Obrador.
Por su parte el líder camaral aclara, (lo hizo incluso a López Dóriga), que se debió a asuntos de trabajo, considerando que permaneció en el senado hasta finalizar la comparecencia de Victoria Rodríguez Ceja, candidata propuesta por AMLO para la gubernatura del Banco de México, la cual se alargó más tiempo de lo esperado.
En este sentido, “parte y parte”, como dicen los rancheros, no hay que pecar de ingenuos para negar que el zacatecano algún resentimiento ha de traer, pero de eso a que se enfrente al Presidente de México hay mucha distancia, digo, porque el hombre no es tonto y si algo tiene es un colmillo muy retorcido.
SUCEDE QUE
Más que una pena, es verdaderamente vergonzoso lo que sucede en el congreso local donde al parecer, algunos(as) “morenistas” han caído en las redes de la tentación.
¿Qué hay del engañoso “liderazgo” de Armando Zertuche Zuani?. Y hasta la próxima.
POLVO DEL CAMINO / MAX ÁVILA