TAMAULIPAS.- “Señorita, si me hace el favor”, “Señorita, aunque le cueste más trabajo decirlo” “Señorita, de las de antes” “Señorita y a mucha honra” Todas estas expresiones han salido de la boca de las mujeres por años, asumiendo su valor humano bajo la condición de estar casada o aun soltera, para identificarse a sí mismas y en sociedad, como desposada o en espera aún de su “príncipe azul” o “el último tren”, es otra forma de discriminación que tiene su origen en el sistema patriarcal, que etiqueta a las mujeres en razón de su estado civil.
Para marcarlas, diferenciarlas y discriminarlas a partir de su lado más íntimo, la norma social machista ha mantenido el término, que se ha colado hasta en el ejercicio profesional de las mujeres, en el sector educativo son “miss”, en las oficinas, todas señoritas, aunque ostenten títulos de ingeniera, arquitecta, médica o licenciada.
Es el lenguaje sexista que las borra para someterlas en su condición de mujer, es violencia verbal, discriminación por género y una expresión misógina, que las degrada.
Ante esto, la ONU Mujeres en los 16 días de activismo contra las violencias hacia las mujeres y las niñas, llama a la comunidad mundial para detener el uso de este adjetivo calificativo que denigra y estigmatiza a las mujeres.
En este sentido, da una serie de estrategias de comunicación útiles para hablar o escribir de forma más inclusiva en cuanto al género, con 3 puntos básicos y lógicos, evitar expresiones discriminatorias, visibilizar el género cuando lo exija la situación comunicativa y no visibilizarlo cuando no sea necesario.
En el manual de comunicación de la ONU “Se desaconseja el uso de Señorita como tratamiento de las mujeres y se recomienda el uso de Señora en todos los casos para no explicitar el estado civil de las mujeres de forma innecesaria”.
Hay expresiones que perpetúan estereotipos sobre los roles socialmente asignados a los géneros, por lo que se recomienda evitarlas. Hoy también se nos recuerda que debemos evitar las connotaciones negativas que hemos normalizado en la formación de las personas, desde la infancia se siembra la semilla para arraigar más el árbol torcido del patriarcado, de ahí que debemos cortar de tajo las expresiones como “Los hombres no lloran”, “Actúa como una niña” “Es fuerte como un hombre” o “Se comporta como un hombre o como una Señorita”.
Entonces, la retórica de los hombres para abordar a una mujer con el clásico: ¿Es Usted Señora o Señorita? debe erradicarse ya, porque además es acoso. Fuera de todo contexto queda la anécdota local que hacía mención a que, en las oficinas gubernamentales de Victoria, todas eran señoritas y todos ingenieros. El lenguaje inclusivo busca igualdad de trato social entre hombres y mujeres y más allá del choteo de: ciudadano y ciudadana, podemos decir “ciudadanía”, de niñas y niños, infantes, en vez de hombres y mujeres, personas. El léxico en todos los idiomas es vasto para encontrar mejores formas de comunicarnos.
EN BOCA DE TODOS / GUADALUPE ESCOBEDO CONDE
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— Expreso (@ExpresoPress) January 5, 2021