Otra de las tantísimas violencias que se viven por el simple hecho de nacer mujer, es la Violencia Obstétrica y casi nunca se habla de esta, pero es tan común que hasta está normalizada en la práctica hospitalaria y es casi imperceptible por la víctima.
El doctor Raúl de León, jefe del área de posgrado de la Facultad de Medicina Tampico de la UAT, con atinencia
explica que este tipo de violencia no siempre es física, es verbal o psicológica y se da cuando un médico, enfermera, administrador o personal del sector de la salud agrede a una mujer embarazada, en labor de parto o en el puerperio.
Y ejemplifica con una frase para muchas conocida: “ahora si tiene dolor, ahora si se está quejando, pero antes bien que la gozo y bien que disfruto”. El galeno divulgador de las ciencias de la salud en redes sociales, es muy didáctico para plantear este delicado tema y remarca que nadie, ningún trabajador
de la salud debiera hacer alusión a este tipo de comentarios, que lastiman a la mujer, que de por sí ya tiene cansancio y dolor físico y con agresiones le prohíben quejarse o demandar mejor atención. Sugiere que la víctima solicite ayuda y refiera a la autoridad médica que se les están violentando sus derechos sexuales y reproductivos.
En entrevista para el programa Punto G periodismo con visión de género de Radio UAT, Raúl de León explica que, aunque ya se están erradicando las malas prácticas, aún falta sensibilizar a la comunidad médica que atiende a estas pacientes, antes hasta se les practicaba la salpingoclasia o ligadura de trompas sin mediar autorización de la mujer.
El Instituto de Salud Pública en México ha documentado que millones de mujeres experimentan la violencia obstétrica, del 2011 al 2016, el 33.4 por ciento de las mujeres que tuvieron un parto declaró haber sufrido maltrato por parte del personal que las atendió. Otra falta grave es la práctica injustificada de cesáreas, de las 3.7 millones de mujeres a las que se les hizo este procedimiento quirúrgico, el 10.3 por ciento no fue informada y el 9.7 por ciento no dio su autorización.
Entre las formas de violencia que experimentan las mujeres en atención obstétrica se definen: el maltrato físico, humillación y abuso verbal, procedimientos autoritarios para imponer un método anticonceptivo a las mujeres o para realizarles una cesárea, violación a la confidencialidad, violación a la privacidad, obtención de consentimiento de forma involuntaria o con deficiencia en la información, negación a un tratamiento, y hasta la detención de las mujeres y sus recién nacidos en el hospital por imposibilidad para pagar la cuenta.
Sorprende además la falta de sororidad de las doctoras y enfermeras, que muchas veces son las más agresivas con las mujeres embarazadas, hacen juicios sobre las más jóvenes y regañan quienes ven más vulnerables.
La violencia obstétrica, como otras muchas formas de violencia contra las mujeres, se considera también como violencia institucional y de género, y se manifiesta de forma variada, desde burlas, insultos, discriminación, humillación, manipulación, hasta negar la atención. Antes se pensaba que solo se ejercía en el quirófano, pero no es así, lo que pasa es que esta invisibilizada, por eso hay que hablar de esto, para reconocerla, denunciarla y erradicarla.
POR GUADALUPE ESCOBEDO CONDE