El discurso que Francisco García Cabeza de Vaca dio ayer en un evento de la colonia Vicente Guerrero, en Tampico, nos recordó nítidamente los que pronunciaba por todo Tamaulipas cuando andaba en campaña por la gubernatura.
Animado, el gobernador vino al sur a seguir una gira que de pronto se les ocurrió a sus asesores y manejadores de imagen, con la idea de mostrarlo cercano a la gente. En un autobús facilitado por la empresa transportista que controla la mayoría de las rutas en la entidad, el mandatario llegó al puerto para inaugurar un centro de convivencia que forma parte de la red que ya opera la Sebien.
El de ayer al mediodía fue un discurso frontal, duro, al estilo de los que Francisco gustaba
de pronunciar en campaña hace 5 años. Hoy, nuevamente en plena campaña para tratar de recuperar el apoyo que ha ido perdiendo a fuerza del desgaste por el ejercicio del poder y por los desaciertos que se han cometido en el trayecto, García emprendió un recorrido en un autobús que desde sus costados nos muestra lo que quiere lograr.
“Cabeza contigo”, dice el eslogan rotulado con letras grandes al costado del autobús en el que se mueve, como en campaña. No hay logotipos institucionales del gobierno, pero en la parte trasera de la unidad aparece nuevamente el imagotipo de los cuernos largos en color azul. Como en campaña, sí. Algunos malpensados me dijeron que
se trata de posicionar el nombre y la marca para que la gente la tenga presente, por si acaso ocurre algo extraordinario y aunque sea un disparate, se presenta la oportunidad de que otro Cabeza de Vaca -Ismael, el hermano senador-, tenga que ser enviado a pelear una batalla que muchos dan por perdida. Yo tengo mis dudas.
No sé cuál es la intención ulterior, pero evidentemente se trata de acciones que tienen un sello de proyección personalísima y para mi gusto, muy a destiempo. Faltando menos de un año para que entregue el poder, Francisco atiende los consejos de sus asesores y decide iniciar esta travesía por los 43 municipios, encabezando eventos de contacto directo con la gente, de muchas selfies, de aplausos y porras, de discursos incendiarios que tocan las fibras sensibles de la gente, que animan, que mueven emociones. Como en campaña, sí.
En lo personal, me parece que la estrategia puesta en marcha por el gobernador viene desfasada. Creo que perdió mucho tiempo dando prioridad a otras cosas, antes que mantener
la cercanía con la gente, como la que ayer le escuchaba y aplaudía porque se sentía plenamente identificada con las ideas expresadas por Francisco. La que asentía cuando se le recordaba lo que estaba mal y que él proponía resolver con el apoyo de todos.
Ayer, García Cabeza de Vaca estuvo en uno de los sectores social y económicamente más vulnerables de la zona conurbada. Parecía un evento de campaña como los que ayudaba a organizar su entonces inseparable Germán Pacheco, hoy de vuelta en el gabinete y otra vez dedicado a la movilización de gente desde el cargo de delegado de Sebien en Tampico. Recuerdo hace unos 6 años a Francisco y a Germán, repartiendo bolsas con barbacoa de res -y salsa-, un sábado por la mañana en esa misma colonia, a unos metros
de donde fue el evento de ayer. Eran los tiempos en los que pocos creían en las posibilidades del ahora gobernador. Por eso las señales de ayer, recuerdan mucho la campaña de 2016 y las visitas a gente que vive en condiciones difíciles en 2015, con los mismos personajes. Por eso mismo, el discurso que García pronunció este viernes llama la atención, más que por el escenario y los asistentes, por el contenido del mismo.
El mensaje que fue directo al centro del poder en el país, a la autollamada 4T, al mismísimo Presidente López Obrador fue una síntesis de lo que ha venido diciendo: la demanda de justicia fiscal para Tamaulipas, la defensa “de la seguridad” de los tamaulipecos, la voluntad para cumplir los compromisos con los más necesitados.
Y luego, una retahíla de reclamos indirectos vía el recordatorio de que el gobierno federal no ha logrado que bajen los precios de la gasolina, del gas y la duda sobre la energía eléctrica. También, lo que en materia de seguridad pública no se ha hecho en el país y lo que en contraste Tamaulipas ha conseguido, con la recuperación de la tranquilidad en carreteras y ciudades principales.
El de ayer fue un discurso duro, frontal, en el estilo que Cabeza está acostumbrado a dar. Parecía como si hace 9 meses no se hubiera iniciado una feroz persecución jurídica, política y mediática en su contra y de su familia. Pareciera como si el PAN no hubiera perdido la mayoría del Congreso y de los municipios más grandes en las elecciones de junio, arrastrado hacia abajo por los negativos que se le trasladaron por el caso del desafuero.
A simple vista, la idea inicial nos dice que Francisco atendió bien las sugerencias de sus consejeros y manejadores de imagen para hacer esta gira, comenzar esta campaña de reposicionamiento y recordarle a la gente que con ese estilo frontal fue como ganó hace 6 años. Parece como si la otra parte del guión es la que habla de pronunciar discursos emotivos, duros, directos y de reclamo a la Federación pero sin mencionar al Presidente López Obrador, para ganar simpatías, porque así lo hizo y le funcionó en esa zona.
Los conocedores entienden esto como una acción básica cuando un personaje quiere recuperar terreno perdido, cuando se quiere proyectar cercanía y ganar simpatías de los votantes. Se dirige a su segmento objetivo, a quienes forman parte del voto duro en cada elección y a quienes sabe que van a reaccionar bien a sus discursos, porque les dice justo lo que desean escuchar.
El de ayer, fue un claro acto de la otra campaña de Francisco: Si hace 5 años fue para buscar ganar la gubernatura, ahora parece más claro que se trata de recuperar lo perdido, de levantar un poco la imagen y de tratar de evitar que la eventual derrota del PAN en 2022 se lleve todo lo construido, lo que sea que valga la pena.
POR TOMÁS BRIONES
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