Pueblo Viejo.- En un marco de alegría, sonrisas y emociones que solo pueden regalar los niños, esta mañana se celebró emotiva posada en el sector El Conchero en la congregación Anáhuac.
Sin duda la navidad es la época más especial del año porque la nobleza del ser humano se pone de manifiesto en su capacidad de dar.
Gracias a la generosidad de la asociación ” Huastecas Unidas” y el invaluable apoyo de la alcaldesa electa Valeria Nieto Reynoso, se logró celebrar este evento que inició al mediodía de este domingo en la casa del señor Juan Antonio Gutiérrez Rodríguez en donde se instaló una amplia carpa en la que se congregaron decenas de pequeños acompañados por sus madres y abuelitas.
La elegida para conducir este especial evento fue Ari Ortiz, la cual con su contagiante simpatía y espontaniedad llevó con gran acierto esta posada.
Fue asi como se dio paso a la alegría con concursos rifas y dinámicas, que hicieron alegre emocionante la convivencia, siendo los pequeños agasajados con entrega de aguinaldos, paquetes con juguetes que incluyeron desde pelotas hasta peluches, todo entre música de villancicos y los temas clásicos de Navidad.
Además de que se realizó la entrega de ropa calzado y calzado en excelente estado para las familias de este sector qué es uno de los más humildes de Pueblo Viejo donde la gran mayoría de los residentes son Pescadores libres que se dedican a la venta de ostión.
UN MENSAJE DE ESPERANZA
Se dio un momento solemne y especial cuando la conductora Ary Ortiz, hizo un momento de reflexión para agradecer a Dios y a la vida por estos momentos tan bellos, ya que los dos últimos años han sido complicados, de crisis y situaciones de gran tristeza por aquellos que se han ido por la situación de la pandemia.
Sin embargo Indicó, que la vida continúa, que siempre a un nuevo inicio, un nuevo despertar que en este diciembre unidos y con la fe en Dios de que las cosas van a mejorar,los niños regresarán a las escuelas,los padres volverán a tener trabajo las madres tendrán alimentos en sus casas y la situación mejorará.
Al paso de tres horas de una convivencia familiar en la que la gran recompensa fueron las miradas de emoción y las sonrisas y alegría de los pequeños concluyó está especial posada.
Por Víctor Montiel/ La Razón