TAMAULIPAS.- El Congreso es la caja de resonancia de las dinámicas políticas en el estado. Ahí, ya se reflejó la confirmación de la alianza del PAN y el PRI, cuyos diputados tienen ahora una relación mucho más cordial que la que sostenían hasta hace unas cuantas semanas.
Si antes Edgar Melhem y Alejandra Cárdenas votaban casi siempre a lado de Morena contra las iniciativas panistas, ahora capotean las discusiones y cuando no respaldan a los blanquiazules, recurren a la abstención para no complicarse la vida de más.
También en el Legislativo se ha hecho evidente la pugna que sufren los morenistas tamaulipecos. La ausencia de cinco diputados cuando se iba a votar por primera vez la cancelación del reemplacado fue el punto más álgido de una relación tirante entre las diferentes corrientes que coexisten al interior del partido.
Pero en cada sesión, hay gestos, actitudes, que ayudan a descifrar la vida partidista de la “cuarta transformación”. No falta quien acusa por ejemplo al presidente de la Mesa Directiva, Jesús Suárez Mata, de ser más panista que los panistas. O quien pide a los morenistas más dureza en los reclamos que se lanzan desde la Tribuna. Ni duda cabe: el proceso de selección del candidato a la gubernatura ha permeado en la bancada guinda. Entre los panistas también se cuecen habas, empezando por lo que parece una silenciosa disputa por la coordinación del grupo parlamentario.
Es un secreto a voces la opinión generalizada de los diputados panistas que coinciden en que su dirigente estatal, Luis René Cantú, no ha dado el ancho. Sobre él flota la sombra de Félix “Moyo” García, a quien muchos consideran el verdadero líder de la bancada.
Ayer, en la improvisada conferencia de prensa que organizaron lo panistas, no pasó desapercibida la insistente “distracción” del “Cachorro”, quien le cambió el nombre a su compañero de bancada en más de una ocasión. Y claro, entre los diputados panistas, al menos lo que tiene cierto peso al interior del partido, también hay opiniones encontradas sobre quién debería ser su candidato a la gubernatura.
Eso sí, ahí lo disimulan mejor que en la bancada de a lado. Las dinámicas en el Pleno Legislativo también han servido para conocer la postura de Gustavo Cárdenas, a quien ya se ve como el décimo noveno diputado de Morena. Su apoyo a la agenda legislativa morenista es evidente y debería tomarse en cuenta de cara a la elección del 2022.
Más allá de los particulares comportamientos de cada diputado, es cierto que el primer periodo ordinario de sesiones, aunque estuvo lleno de encontronazos en la Tribuna, fue más un round de sombra que otra cosa. De las grandes reformas que se prometieron no ha habido más que amenazas. Y seguramente, así seguirá siendo.
Sin una clara mayoría para ninguna de las partes, la actual Legislatura podría quedar retratada más por el espectáculo para la tribuna, que por la productividad.
CATALEJOS / MIGUEL DOMÍNGUEZ FLORES