Uno de los principios básicos de la economía, es uso óptimo de los recursos para producir bienes y servicios que permitan satisfacer las necesidades de la sociedad, en el donde el dinero es un medio para poder realizar las transacciones de dichos bienes y servicios.
De esta forma, al dinero hay que verlo como un medio y no el fin, y es algo que hace falta recordarlo, ya que le hemos dado un poder superfluo al dinero que no deberíamos, a tal grado que la acumulación de dinero determina la posición social de una persona que lo hace distinta a los demás, lo que resulta completamente irracional.
El dinero, expresado en monedas y billetes, es un medio para que las sociedades puedan comerciar bienes y servicios que son necesarios para subsistir, entonces, el dinero es una contrapartida de lo que producimos, en el mercado debería haber la misma cantidad de dinero que iguale el valor de la producción, lo que implicaría que existiera equilibrio.
Cuando un país tiene excedentes de producción, puede exportalos y obtener recursos adicionales para aumentar su producción, y en un futuro aumentar su nivel de consumo.
De tal manera, el valor y la aceptación de los billetes y monedas que circulan en la economía para la transacción de bienes y servicios aumentará de acuerdo con la capacidad que tienen los países de producir bienes y servicios útiles para la sociedad, en la medida que un país produzca bienes o servicios útiles, su moneda será más fuerte y le permitirá con mayor facilidad satisfacer sus necesidades básicas.
Entonces, debemos reflexionar y retomar el rumbo de la economía bajo principios elementales, partiendo del principio de que la economía contribuya a que las sociedades en el mundo puedan satisfacer las necesidades básicas de alimento, vestido, vivienda, salud, educación, entre otras.
La base de este principio debe ser que las naciones creen las condiciones para que la sociedad a partir del trabajo pueda tener acceso a los recursos económicos (dinero) que les permita satisfacer sus necesidades.
Esto se logra promoviendo una mayor producción de bienes y servicios finales, pero aquí es donde tenemos que cambiar la forma en que lo hemos hecho en las últimas décadas, donde se ha favorecido
la eficiencia en las empresas, lo que ha significado concentración de la propiedad de los medios de producción en unas cuantas personas y el deterioro de las condiciones de los trabajadores. O lo que es lo mismo, un grupo minoritario de la sociedad acumulando dinero, mientras que la gran mayoría de la población en condiciones vulnerables. En este sentido, es necesario democratizar la producción de bienes y servicios, aunque eso implique ser menos eficiente, pero tendremos sociedades más igualitarias.
Esa democratización de la producción se logra a través de medidas fiscales, que desincentiven la concentración de la propiedad del capital, o lo que es lo mismo que desincentive que una persona pueda concentrar una gran cantidad de empresas y/o mercado. Medidas como la progresividad de impuestos son necesarias para lograr esa democratización de la producción y con ello una mejor distribución de la riqueza.
De tal manera que el problema del país no es por falta de dinero, es porque no producimos al menos los bienes y servicios que consumimos.
En este sentido, el eje rector de la política económica en el país debería ser el producir al menos lo que consumimos.
En estas fechas es un buen momento para invitar a la reflexión, hay que cambiar la forma en que hemos vislumbrado la economía, partiendo del principio de construir sociedades con necesidades básicas satisfechas e igualitarias. ¡¡¡Feliz Navidad!!!.
POR JORGE ALBERTO PÉREZ CRUZ