TAMAULIPAS.- Pasado el proceso interno en Morena, en donde el doctor Américo Villarreal Anaya, se alzó como el ganador absoluto y contundente en las tres encuestas que se aplicaron, bien merece una buena reflexión de lo que dejó esta contienda que para muchos fue sucia y ruin. Algunos aspirantes que se decían punteros, en aras de ser, usaron todo tipo de maniobras rapaces para dañar y manchar a sus compañeros, y a su mismo partido.
Tras la tempestad y el regreso a la calma, estos protagonistas, han quedado al desnudo, donde se exhibe toda su mezquindad. Algunos opinan que después de esto, el ganador de esta etapa, tiene la mitad de la gubernatura, en la bolsa; porque lo demás, sabiéndola llevar, será relativamente fácil, aún cuando los azules de enfrente den la pelea con uñas y con dientes. Pero qué ocurrió en la lucha interna de Morena?.
Primero: Rodolfo González Valderrama, por sus 25 años de desarraigo en Tamaulipas y desconocimiento de los actores políticos, cayó en manos de lo peor de la clase política que lo engañó a tal grado que lo puso en manos del enemigo: el gobierno panista. Segundo: En el PAN, cuando vieron el poder y fuerza de Américo en las encuestas, buscaron al morenista más débil (Rodolfo González Valderrama) y lo trataron de inflar, generando una percepción de que era el indicado para Morena.
El verdadero objetivo que no entendió RGV, por su ignorancia política, era convertirlo en un rival a modo para el candidato del PAN, que podría ser El Truco Verástegui o cualquier que eligiera el partido azul. Tercero: Rodolfo engañó a todos, haciendo creer que era el amigo verdadero y hombre más cercano a AMLO y el morenista más auténtico, siendo esto una gran mentira, porque no fue ni lo uno, ni lo otro.
El jefe y su amigo siempre fue y seguirá siendo Ricardo Monreal. La clase política le creyó y cayó en sus mentiras. Rodolfo, nunca estuvo arriba en ninguna encuesta; todo fue ficción en redes sociales; nunca en los medios de comunicación serios se consignó esa mentira, solo en sus seguidores y un sector de la prensa muy identificada. En México, jamás se le consideró posibilidad alguna, y más cuando su jefe Monreal, se alejó cada vez más del Presidente.
En la capital, cuando preguntaban sobre si Rodolfo podría llegar, todos respondían que todos podían ser, menos el Supe delegado; su negativo más grande se llamó Ricardo Monreal. El cuarto o quinto lugar en el que apareció en las tres encuestas fue Morena, de esa posición jamás pasó. Ya en la evaluación final, los que mejor posicionados quedaron fueron: José Ramón Gomez Leal y Maki Ortiz; el cuarto o quinto fue Rodolfo, de ahí no pasó.
Rodolfo fue una ficción, una quimera, un engaño mil que exhibió la ambición de muchos actores políticos tamaulipecos que lo arrastraron a la perdición política y lo convirtieron en el hazmerreir de todos. ¿Qué va a pasar ahora?
No se sabe. Fueron muchos los agravios, desde su rincón perdedor sigue alentando ataques y lanzando lodo. ¿Seguirá al frente de la Super Delegación?
Rodolfo no inspira confianza. Además, forma parte del grupo que hoy dentro de Morena cuestiona y enfrenta al Presidente. La lógica dice, que se tiene que ir. Jugó sucio, mintió, traicionó y se unió al enemigo. El pronóstico dice que se va.
EL MURO S.A. / ARTURO ROSAS H.