MATAMOROS, TAMAULIPAS.- Eran apenas unos minutos después de las 12 de la noche cuando José Hernández Arvizo pidió permiso a su patrón para ir a comprar unos cigarros al Seven Eleven que estaba cruzando la calle Primera, ahí donde a esa hora estaba trabajando Yahir Alexis Acatecac Mendoza, el destino les tenía marcado que sus vidas se verían afectadas por la explosión que desde las entrañas de la tierra sobrevino en el lugar y que hoy tiene a ambos debatiéndose entre la vida y la muerte.
Ambos jóvenes de 21 años fueron trasladados al Hospital General en una primera instancia pero Yahir más tarde fue trasladado al Instituto Mexicano del Seguro Social donde tras ver que presentaba quemaduras de tercer grado en el 70 por ciento de su cuerpo y la gravedad de sus lesiones decidieron enviarlo a Monterrey a un hospital de tercer nivel donde esperan puedan salvarle la vida pues incluso iba intubado.
Yahir tenía apenas unos meses trabajando en la tienda de conveniencia pues además es un estudiante del Instituto Tecnológico de Matamoros.
Mientras que José trabaja en un negocio de comida llamado “El Infiernito” donde es cocinero.
Quizá porque ya a la hora que se suscitó la explosión no había mucho trabajo decidió pedir permiso para ir a comprar unos cigarros en la tienda que estaba prácticamente a unos cuantos pasos.
POR ROSY PEREDA
EXPRESO – LA RAZÓN
