CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.- La negativa del Gobierno Federal para utilizar la fractura hidráulica (fracking) para la extracción de gas y petróleo, mantiene a la baja la producción en la Cuenca de Burgos y ha frenado inversiones por más de 1,300 millones de pesos.
Según especialistas, esta política lleva al país a desaprovechar el 30 por ciento de sus reservas, incluyendo las encontradas en los campos de Tamaulipas.
Esto, aunado a la crisis económica, ha orillado a reducir considerablemente la producción en algunos sectores de la cuenca como el Bloque Nejo, ubicado en San Fernando, Tamaulipas.
Según datos de la Comisión Nacional de Hidrocarburos, el activo Nejo redujo su producción de 198.14 millones de pies cúbicos diarios en enero de 2016 a 85.4 millones en junio de 2020. Y esa cifra se ha mantenido a la baja.
Recientemente se ha dado a conocer que algunas instalaciones de ese bloque han empezado a ser desmanteladas.
Una de las más importantes es la Cuenca de Burgos, misma que tiene reservas por hasta 393 billones de pies cúbicos de gas y 6.3 millones de barriles de crudo no convencional, de acuerdo con la Administración de Información Energética (EIA, por sus siglas en inglés). La Cuenca de Burgos, que forma parte de la continuación del yacimiento Eagle Ford del Sur de Estados Unidos, se ubica entre los nueve mayores campos de explotación de hidrocarburos del mundo.
Sin embargo, para acceder a buena parte de esas reservas se requiere del fracking, una práctica que ha sido autorizada a cuentagotas por el gobierno federal.
Los probables 545 billones de pies cúbicos de gas de lutita (gas shale) y 13 millones de barriles de crudo ubicados en la Cuenca de Burgos posicionan a esta región del norte de Coahuila, Tamaulipas y Nuevo León, como la tercera más importante del mundo, según el estudio Desarrollo Internacional de Recursos no Convencionales.
El año pasado, la perforación de pozos se concentró precisamente en esta zona en Tamaulipas, de acuerdo con un reporte de la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH), sumando 10 los pozos perforados.
Los operadores Servicios Múltiples de Burgos con nueve pozos y Pantera con uno más, invirtieron 9 mil 400 millones de pesos en los trabajos realizados en la zona, donde se logró 428 millones de pies cúbicos equivalentes obtenidos en el año.
Sin embargo, el potencial que existe en esta zona, aún no ha sido explotado y la prohibición del fracking ha frenado proyectos que podrían generar mayores recursos, no depender de las importaciones de gas natural de Estados Unidos y empleo.
En Nuevo León, entidad que comparte la Cuenca, el Clúster Energético sugirió que México debe reactivar los trabajos en la Cuenca de Burgos, especialmente, luego del apagón del 15 de febrero del año pasado, que tan sólo en esa entidad, dejó en dos días de inactividad, pérdidas económicas por mpas de 7 mil 200 millones de pesos.
Incluso, el entonces candidato de Movimiento Ciudadano a la gubernatura de Nuevo León, Samuel García, señaló que el gas que se importa desde Texas, se puede obtener de esa Cuenca.
Durante el webinar organizado por el colectivo Conciencia Ciudadana, Erick Sánchez Salas, director de desarrollo de negocios para IHS Markit México, advirtió que un veto legal al fracking, afectaría al 30 por ciento de las reservas en México de gas y petróleo, pues existen yacimientos que solo podrían ser explotados con esta tecnología.
Las reservas probadas y probables se ubican en las Cuencas de Burgos, Chicontepec, Veracruz Norte y Macuspana en Tabasco, por lo que deberían ser retiradas de la cartera de reservas del país de mantenerse ese veto.
La Administración de Información Energética, ubican al país entre los primeros diez con mayores recursos de gas shale, sin embargo, la prohibición del fracking, por parte del gobierno federal del Presidente Andrés Manuel López Obrador, tiene detenidos proyectos en campos no convencionales.
Pero la consultora Welligence Energy Analytics, estimó que la prohibición de esta técnica para la extracción de gas y aceite, canceló inversiones por mil 300 millones de dólares en 2020 y para el 2040, podrían alcanzar los 45 mil millones de dólares. Además de que se pusieron en riesgo 24 mil empleos directos y 67 mil empleos indirectos.
En México hay más de 68 millones de hectáreas de terrenos de campos no convencionales, en los cuales se calcula que el 57 por ciento de los recursos prospectivos son no convencionales, lo que representa alrededor de 113 mil millones de barriles de crudo.
De acuerdo con datos de la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH), el país produce 195 mil barriles diarios de petróleo en campos terrestres, gracias a la fractura hidráulica.
Las empresas, han sustituido el agua por un gel compuesto de la propia producción que contiene hidrógeno, nitrógeno y condensados de gas, para que las formaciones rocosas se abran y puedan fluir los hidrocarburos.
Incluso, en la 69 sesión extraordinaria de la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) en diciembre pasado, se aprobó a Petróleos Mexicanos (Pemex) el plan de exploración que incluye el uso del fracking en caso de ser necesario, más no la extracción.
Se trata de 18 pozos que se podrán perforar con esta técnica en la cuenca TampicoMisantla, a 58 kilómetros de Tuxpan y 41 kilómetros de poza Rica, Veracruz, teniendo una vigencia hasta agosto del 2022, con una inversión contemplada de 437 millones de dólares, donde se prospecta obtener hasta 391 millones de barriles de crudo. Incluso, la Empresa Productiva del Estado (Pemex) contempla en su presupuesto de este año, 15 mil 212 millones de pesos, principalmente para dos proyectos de fracking, un aumento del 231 por ciento, respecto al autorizado en 2020 para el método de fracturación hidráulica.
POR PERLA RESÉNDEZ
EXPRESO-LA RAZÓN