TAMAULIPAS.- El periodo de precampañas está por llegar a su fin justo cuando los dos principales aspirantes a la gubernatura de Tamaulipas empezaban a agarrar vuelo y a asentarse sobre el campo de batalla electoral. Para evaluar su actuación en estos casi 40 días, vale la pena recordar que ninguno de los dos ha sido un candidato habitual en los procesos electorales recientes.
Por ejemplo César Verástegui, “El Truco”, hizo proselitismo por última vez en el 2011 cuando ganó por segunda a vez la presidencia municipal de Xicoténcatl. Después, ganó la dirigencia estatal del PAN, donde acabó de graduarse como el operador político más eficaz para su partido en los últimos seis años. Américo Villarreal por su parte, ha tenido una inducción acelerada en el mundo electoral.
Su primer campaña fue la del 2018, cuando fue incluido en la primera posición de Morena para el Senado, y sorprendió con una victoria sólida. Después de una inmersión intensiva en el quehacer parlamentario, donde ganó callo y colmillo, vino un encargo que también lo preparó para la tarea que ahora enfrenta, al ser enviado como delegado de su partido en Sinaloa.
Es decir, presenciamos en tiempo real la construcción de dos candidatos que naturalmente tienen características diferentes, pero que persiguen el mismo fin: enamorar a un electorado que, de unos más que de otros, pero en general está harto de los políticos. Lo que es cierto es que ambos son personajes que, aunque recibirán la asesoría de los gurús electorales que logren convencerlos, difícilmente permitirán que los lleven a un terreno en el que no se sientan cómodos, por su carácter, ni Américo ni “Truco” llegarán más allá de dónde ellos lo consientan.
En el otro extremo está el tercero de la lista. Arturo Diez Gutiérrez, precandidato de Movimiento Ciudadano a la gubernatura, se dejó enamorar por los genios de las redes sociales, que presagian un
fenómeno similar al ocurrido con Samuel García. Y para ello, suponen, sólo necesitan un personaje dócil que se deje guiar por los algoritmos.
El problema es que las diferencias son evidentes: Arturo no es Samuel, y Tamaulipas no es Nuevo León. QUÉ PASA EN MATAMOROS Los precandidatos de las dos principales alianzas pasaron los últimos días por Matamoros. Esta escala en su gira por la entidad es interesante porque en ese rincón de la geografía nacional se fraguan interesantes movimientos políticos; en un municipio que tiene el segundo padrón más amplio de votantes, solo por debajo de Reynosa.
Con la ruina de las figuras priístas, toda la expectativa está puesta sobre lo que pueda hacer Mario López, quien ejerce el control político del territorio. Y en segundo término la diputada federal Adriana Lozano, quien fue la primera en jugársela a favor del senador durante el proceso interno, y reclama crédito por ello. Entre los panistas, los dos principales grupos que operan en favor de la alianza Va por Tamaulipas son el de la familia Salazar, y el de Carlos García.
Históricamente enfrentados, ahora ensayan una especie de tregua convocada por el mismo candidato, que hoy más que nunca, los necesita unidos. LA FUNCIÓN DE OLGA SOSA Pese a haber perdido la elección del año pasado, la ex diputada tampiqueña ha asumido un rol de importancia en la campaña de Américo Villarreal Anaya. Polémica y cuestionada, es junto con José Ramón Gómez Leal, la principal operadora territorial del precandidato
CATALEJOS / MIGUEL DOMÍNGUEZ FLORES