El 10 de abril, en plena campaña por la gubernatura de Tamaulipas, se realizará por primera vez en la historia la consulta de la revocación de mandato.
Ocurrirá en medio de una de las crisis más graves que haya vivido hasta ahora la administración del presidente López Obrador, tras el escándalo desatado por la residencia en la que habitó su hijo, José Ramón López en Houston, Texas.
La gran pregunta en estos días es el grado de afectación que pudiera tener este episodio de la cuarta transformación en la compleja elección tamaulipeca.
Por un lado hay quien pronostica un súbito desplome en la popularidad presidencial y en la buena imagen que todavía sostiene la marca Morena.
Por el otro, los que afirman que este tema volverá a quedarse en las cúpulas, pero a raz de suelo, donde llueven los apoyos sociales, el obradorismo seguirá gozando de cabal salud.
Quizás lo que ocurra a mediano plazo sea un punto medio entre ambas posturas, pero lo que ya está pasando es que el presidente se refugiará con sus bases, que no son cualquier cosa.
La radicalización de su discurso, su acercamiento con los perfiles más duros de su equipo, nos dan una idea de cómo será la segunda mitad de su sexenio. La polarización, que es donde más cómodo se siente, seguirá creciendo en el país.
En todo caso, valdría la pena observar cómo van a asumir esta nueva realidad los representantes de la 4T en Tamaulipas. ¿Darán un paso al frente en la misma dirección del discurso presidencial?
Para un animal político como el presidente, hoy más que nunca las elecciones de junio deben ser prioridad, pero conocedor como es de las circunstancias electorales, sabe que para salir bien librado el 5 de junio -la consulta del 10 de abril es un trámite nada más- primero debe frenar la crisis que vive, y que ayer vivió su momento más álgido, cuando en plena mañanera, a pregunta del periodista tamaulipeco Carlos Manuel Juárez, se quebró en vivo, y evidenció que no la está pasando bien.
Por lo pronto, el sábado estará en Tamaulipas. Hasta donde se sabe, será una visita similar a la más reciente cuando recorrió la Refinería Madero: salvo algún cambio de última hora, no tendrá contacto con ningún funcionario municipal ni estatal; su presencia será exclusivamente para reunirse con funcionarios de la Aduana.
La pesadilla de Zertuche
Otro que vive su propia crisis es Armando Zertuche, el presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso de Tamaulipas, a quien ya ni su bancada respeta.
El diputado reynosense debe estar recordando las dificultades que sufrió para que sus compañeros lo votaran como coordinador antes del inicio de la actual Legislatura.
Zertuche, tan afecto a los elogios y las fanfarrias, la está pasando muy mal, y el equipo que formó a su alrededor, no ha dado el ancho.
Magda, congelada
Muchos se preguntan qué papel político está jugando Magdalena Peraza como representante del gobierno del estado en el sur de Tamaulipas. Quien fuera la operadora estrella del PRI, luego del PAN, y luego otra vez del PRI, muestra muy poco entusiasmo para la batalla que está por venir.
Por eso, queda claro que más que refuerzo para la causa de la coalición, el fichaje de la “maestra” fue para
evitar que se brincara al barco de Morena como insinuó más de una vez.
Por Miguel Domínguez Flores