TAMAULIPAS.- Después de la escandalera que el periodista Carlos Loret de Mola y los medios de comunicación armaron con el pretexto de la casa de Houston, Texas, las aclaraciones e investigaciones han demostrado plenamente que todo fue un burdo montaje destinado a demeritar la imagen del Presidente López Obrador.
La señora Carolyn Adams, esposa de José Ramón López Beltrán, hijo de AMLO, publicó a través de su cuenta en Instagram que tiene en su poder los documentos que acreditan, primero que el inmueble no es de su propiedad, sino que fue adquirido en arrendamiento con los propietarios, Keith L. Schilling y Lauren M. Schilling y ella, que indican que todo se hizo conforme a las leyes vigentes de aquel país.
Aseguró, asimismo, que está dispuesta poner a disposición de las autoridades correspondientes no solamente el contrato del alquiler del inmueble, también los estados de cuenta, los correos electrónicos, los chats, todas las evidencias y pruebas de la operación que hacen constar que no existe nada irregular, como el caso ha sido manejado.
Precisó la aludida, por otra parte, que ni ella ni su esposo son figuras públicas, que todo fue un montaje de los medios de comunicación que divulgaron noticias falsas y que han empezado a buscar a terceros para involucrarlos “y, de manera tendenciosa, distorsionar sus dichos. Entristece ver, expresa, que lo que menos les importa es informar y dar con la verdad”.
Señaló igualmente que, además de que no existe ningún conflicto de interés como se ha pretendido, los periodistas que intervinieron en la difusión de la noticia “distorsionaron sus dichos, se invadió nuestra privacidad y se nos expuso de manera cruel y perversa”.
En virtud de lo que eso significa, advirtió que se reservan el derecho a emprender las acciones legales que consideren necesarias contra los responsables de la difamación, que, a todas luces, asegura, fue hecha con dolo y con toda mala intención.
Sin embargo, la pregunta obligada en torno al suceso que exhibe ante la opinión pública al hijo y a la nuera del Presidente de México, es ¿de qué acusan y que tiene que ver en el asunto López Obrador? De nada. El inquilino de palacio nacional no tiene más responsabilidad en los hechos, que ser el padre y el suegro de los arrendadores del inmueble en el que estos radican.
La información ha puesto también de relieve que el objetivo de la información, como lo señala la cónyuge de López Beltrán, fue dañar al Jefe del Ejecutivo Federal y de paso exhibir irresponsable e inmoralmente a sus familiares ante el parecer público.
En Tamaulipas, mientras tanto, la noticia que llamó la atención fue el sorpresivo conciliábulo que sostuvieron el fin de semana en Nuevo Laredo el Presidente López Obrador y el gobernador Francisco García Cabeza de Vaca, que se antojaba impensable, debido a la confrontación originada por el proceso de desafuero del mandatario tamaulipeco.
La plática, como es natural en las circunstancias en las que ésta tuvo lugar, ha dado pie a toda clase de especulaciones. Sobre todo, debido a que el jefe del ejecutivo federal vino a la entidad federativa a supervisar la modernización de la aduana fronteriza, que a no pocos parece que fue un pretexto para la celebración de encuentro.
Como sucede con este tipo de incidentes políticos, en el correr de las semanas y de los meses saldrá a la luz el verdadero motivo del acontecimiento. En tanto, todo lo que se diga y opine sobre el particular no pasarán de ser simples rumores y conjeturas. jlhbip2335@gmail.com




