ALTAMIRA, TAMAULIPAS.- Familiares de una menor de edad que fue madre a los 12 años, tras ser abusada por su padrastro piden a la Fiscalía de Justicia de Tamaulipas, que se aplique la ley y que tipifique el delito como violación.
Además señalaron que temen por su vida, ya que aseguran han sido amenazados por el presunto responsable que actualmente se encuentra preso.
Al acudir a una audiencia efectuada en el Centro Regional de Justicia ubicada en La Pedrera de Altamira que fue ayer por la mañana, la señora Fátima Fabiola Burgos Rodriguez tía de la menor que ahora tiene 16 años de edad dijo en entrevista qué solo piden qué se aplique la ley y no dejen salir al presunto responsable que se encuentra preso desde julio del 2019 en el Cedes de Altamira.
‘Ese bebé que mi sobrina tuvo es producto de la violación porque Carlos “N” era su padrastro; nosotros tememos que él pueda salir libre y es lo que no nos explicamos, porque el delito lo cometió y resultado de ello hay un bebé” explicó
La señora Fátima Fabiola Burgos señaló que ella se enteró del hecho cuando su sobrina le confesó que desde los 10 años era abusada, por quién era su padrastro quedando su embarazada a los 12 años.
“Nos dijo el Ministerio Público que el podría salir libre ya que está acusado del delito de tentativa de violación (…) para nuestra familia hay mucho temor de que él pueda salir libre porque siempre hemos recibido amenazas de él” refirió.
Relató que la menor fue obligada por su padrastro y su propia madre (quien ya falleció por una enfermedad) a mentir sí decía quién era el padre del bebé.
Los familiares de la menor señalaron que ha sido un proceso muy lento por parte de la Fiscalía de Justicia a la cual le exigen que lo procesen por el delito de violación, ya que su sobrina tenía 10 años desde que empezó a abusar de ella.
Las colectivas feministas Mujer Manglar y Brujas Radicales han hecho pronunciamientos públicos al respecto pidiéndole a la Fiscalía de Justicia que actúe y que no permita que ningún violador anda suelto en la calle.
Por Silvia Mejía Elías/ La Razón