TAMPICO, TAMAULIPAS.- El agua es un recurso natural limitado, por lo que en las últimas décadas se ha buscado “educar” a la población sobre el uso, aprovechamiento y conservación adecuada, sin embargo, los gobiernos no han invertido suficiente en infraestructura para el almacenamiento, tratamiento y suministro, por lo que su comercialización se ha vuelto un gran negocio.
Desde principios de la década de los 90’s, los problemas de salud pública por el consumo del agua en el país, obligó a la búsqueda del líquido con garantías de calidad, por lo que la venta de agua purificada se popularizó.
Al principio la comercialización de botellones y botellas de agua purificada fue acaparada por empresas embotelladoras de refrescos, como Coca Cola con Agua Ciel y Grupo Danone con Agua Bonafont, pero ahora hay una oferta muy amplia de puntos de venta de agua purificada, cuyo precio por botellón es de la mitad del precio que manejan marcas nacionales.
En el país, la empresa Agua Inmaculada es una de las cadenas más grandes de México y tiene presencia en la zona sur, con 11 sucursales y 8 sucursales más en Ciudad Victoria, con precios iniciales de franquicias por planta purificadora de agua, iniciando desde los $95,000.
Sin embargo, algunas empresas ofrecen instalar el equipo básico a partir de $46,500 y montar una máquina vending por otros $25,000, esto significa que solo por equipos se debe contemplar una inversión de al menos $75,000 pesos. A esto se debe sumar el costo de renta del local, el espacio recomendado es un cuarto de 25 metros cuadrados, más la energía eléctrica y los permisos que pueden variar en cada localidad. Además de la compra del agua que se purificará.
La accesibilidad para montar este negocio y la alta demanda por su consumo diario, hace a este un modelo atractivo para invertir, por lo que ha crecido la popularidad y cada vez hay más puntos de venta en la zona, dijo Sergio Vargas, propietario de Agua Serk.
“Ya hay mucha competencia, hay mucha gente que se ha metido al negocio de las purificadoras de agua y se ha vuelto más difícil, en la zona conurbada hay un aproximado de 400 puntos de venta en Tampico, Madero y Altamira”, reveló.
Este producto tiene un precio de venta de $18 en la zona, pero con las refresqueras no se encuentran a menos de $36, en promedio según datos de la empresa Agua Inmaculada, los costos mensuales por pipas de agua, consumibles (tapas y sellos) y servicios, es de $6,300, más una renta de local que varía de $3,000 a $10,000, lo que deja una utilidad de $26,900.
“Tengo una purificadora y vendo cerca de 90 a 110 botellones diarios y no me queda esa utilidad, tuvimos precios pero fue para amortizar el alza de los insumos, no quedan esas cantidades tan grandes, libres mensuales no los llegas, sino ya tendría más purificadoras”, aseguró.
El empresario altamirense dijo que se debe tener muy claro el tipo de mantenimiento que requieren los equipos y cada cuánto tiempo deben ser modificados, por definición, el negocio del agua debe ser claro y cristalino.
El mantenimiento por membrana cuesta cerca de 800 pesos, cada 4 a 6 meses, pero con la alta salinidad en la zona es cada mes y sube el costo por el desgaste se deben cambiar más seguido. Si tienes más membranas le das un proceso de purificación más alto a tu producto”, aseguró.
Además del equipamiento dijo que los insumos también se han encarecido, “lo que es plástico, los botellones, las tapas, se duplicó el precio en el costo, antes costaban 20 centavos, nos subieron a 40 y ya están llegando a los 60 centavos la unidad, compramos por volumen y se encarece mucho y eso fue los que nos orilló a subir el precio del botellón”, reveló.
En la zona sur durante el 2021 se vivió un problema grave de sequía, por lo que a las casas llegó agua salada, el problema también afectó a las empresas de venta de agua purificada, por lo que incrementaron on 50% el precio del garrafón de agua, y pasó de $12 a $18.
Hoy en gran parte del país se lucha por la conservación y almacenamiento de agua, en Ciudad Victoria hay problemas de suministro y en la zona sur la situación son las constantes fugas por lo que se requiere una inversión millonaria para asegurar el abasto de agua en los próximos años.
Por Omar Reyes
Expreso-La Razón