TAMPICO, TAMAULIPAS.- Más de 1500 integrantes de la CONIMER de la zona sur de Tamaulipas protestaron la mañana de este jueves, por la iniciativa de concesionar el manejo del reciclaje de desechos sólidos como el PET y el cartón.
De aprobarse esta iniciativa de ley, dejaría sin empleo a unas 5,000 personas entre ellos 500 pepenadores que presentaría el quiebre de 300 pequeñas empresas de Tampico, Madero, Altamira, González y del norte de Veracruz.
Gustavo Jacob Vargas miembro del comité Nacional de la Confederación Nacional de Industriales de Metales y Recicladores y María Concepción De León delegada en Tamaulipas de esta confederación, encabezaron esta protesta en la cual participaron más se 140 unidades vehiculares que inició en Ciudad Madero, pasó por Tampico y culminó frente a las instalaciones de la Sección 3 en el bulevar Allende de Altamira, acción que se realizó en 17 estados de la república.
“Nosotros estamos pidiendo que no se concesione el reciclaje, que sería una acción para otros particulares así como a grandes empresas o trasnacionales si se aprueba esa iniciativa de los diputados y senadores” explicaron.
Los inconformes señalaron que son un promedio de 50 productos de la basura que se pueden reciclar entre ellos el PET, aluminio, cartón, componentes electrónicos, maderas, vidrio y el fierro entre otros.
“Actualmente nosotros operamos de manera independiente y le compramos al público estos productos que nos llevan a vender, pero también a personas en situación de calle y sobre todo a los pepenadores cuyas familias dependen de esta actividad y que sacan en promedio de 300 a 400 pesos al día” explicó.
Explicaron que está iniciativa fue presentada por el partido Verde y por Morena y buscan que los tres candidatos a la gobernatura de Tamaulipas los escuchen y la reconsideren.
En el caso de las 300 empresas recicladores, puntualizó que son 2 mil empleos los que generan de manera directa y ellos no estarían incluidos en esta iniciativa de privatización de la separación de los desechos sólidos.
Para finalizar advirtieron que de no ser escuchados, sus protestas irán “subiendo de tono”.
Por Silvia Mejía Elías/ La Razón