La reforma electoral presentada ayer por el Gobierno Federal no tiene otro futuro, que no sea el de ser utilizada como herramienta de mercadotecnia política.
Será el nuevo capítulo de la trama de los “traidores a la patria” que dividió en dos al país y acrecentó la grieta insalvable entre la oposición y el oficialismo.
Otro dardo envenenado lanzado desde Palacio Nacional al PRI, PAN y PRD, que tendrán que ingeniárselas para defender frente a la opinión pública la continuidad de un sistema democrático muy valioso para el país, pero también muy caro.
López Obrador sabe perfectamente que no hay forma alguna de que su reforma sea aprobada en los casi tres años de gobierno que le quedan.
Salvo que ocurra un cisma sorpresivo en los partidos de oposición, volverán a formar un bloque para evitar la modificación a la Constitución que implicaría eliminar al Instituto Nacional Electoral y reducir de 500 a 300 diputados federales, desapareciendo en los hechos a los legisladores de mayoría.
Esa renovación total del sistema democrático mexicano, según sus promotores, significaría un ahorro de 24 mil millones de pesos.
Ahí está lo importante del asunto en términos de percepción, hacia allá se orientará la conversación y a ese terreno pantanoso tendrán que meterse los panistas, priístas y perredistas.
Todo eso, claro, en plena campaña por seis gubernaturas, incluida la de Tamaulipas.
Américo a Makito
Ayer, Américo Villarreal quiso mandar un mensaje muy claro hacia Reynosa.
El candidato de Morena-PT-PVEM, eligió a Carlos Peña Ortiz como su interlocutor para una posible -y cada vez más lejana- adhesión a su campaña.
Lo que hizo el doctor no solo fue una invitación, fue un recordatorio. La principal autoridad de ese municipio no es Maki, sino su hijo. Es su futuro político el que está en juego y el que depende de la apuesta que los Peña Ortiz hagan en los próximos días.
Más o menos al mismo tiempo, en el sur del estado, Manuel “Meme” Garza Jr. mostró su respaldo a la campaña de Américo Villarreal.
El reynosense, que en algún momento amagó con competir por la candidatura de Morena, ayer aseguró que el senador con licencia representa la transformación para Tamaulipas.
La lucha por Matamoros
César Verástegui estuvo ayer en Matamoros donde se reunió con sociedad civil y grupos políticos.
Este municipio se ha convertido en una prioridad para el “Truko”, entre otras cosas porque es el segundo con más votantes del estado.
Para intentar diezmar el control político que -se supone- ahí detenta Morena, Verástegui recurrió a sanar viejas heridas entre dos grupos panistas que estaban peleados a muerte: por un lado el de Lety Salazar, y por otro el de Carlos García.
Solo ellos saben si de verdad han limado asperezas, pero ambos juran que trabajarán de la mano el 5 de junio.
Por Miguel Domínguez Flores