TAMAULIPAS.- Este domingo, el Instituto Electoral de Tamaulipas (Ietam) tiene previsto realizar el segundo debate entre los candidatos a la gubernatura, pero será un ejercicio incompleto, por inesperado: Ayer, los partidos Morena, Verde y del Trabajo, que integran la coalición “Juntos Haremos Historia en Tamaulipas” notificaron que su candidato Américo Villarreal Anaya no asistirá.
Los representantes de Morena-Verde-PT argumentaron que en el primer debate hubo al menos 7 aspectos que se consideraron como fallas que pudieran afectar a su abanderado en el segundo ejercicio, con el que se estaría cumpliendo lo previsto en la ley.
Se entiende su legítima preocupación, aunque creo que eso no justifica privar a los ciudadanos de la oportunidad de conocer más sobre su proyecto de gobierno. De confirmarse definitivamente la ausencia de Américo de la segunda comparecencia de los candidatos ante los tamaulipecos, las lecturas serán tan diversas como disímbolas.
Lo único cierto es que decidió no acudir para evitar exponerse a un trato inequitativo que le represente una desventaja en la competencia electoral. Es comprensible. Una interpretación de la negativa a asistir, es que Américo quiere cuidar la ventaja que le dan las encuestas y no le interesa ir a exponerse a un encuentro en el que, a pesar de que es un derecho legítimo de los tamaulipecos para conocer más de su proyecto, puede ser objeto de ataques directos.
Creo que sus estrategas piensan que en que no ir es lo mejor para conservar la posición que tiene en la competencia. Aquí entra la duda acerca de si la diferencia entre Villarreal y César Verástegui es poca y no quiere correr el riesgo de que se reduzca o bien, es tan amplia que lo menos que quiere es perder tiempo en un debate que no va a influir demasiado en el ánimo de la gente.
¿Va Américo a cuidar su ventaja, para evitar perder puntos que pudieran comprometer el triunfo cuasi cantado hasta ahora? ¿Vale la pena desairar al organismo electoral y dejar un sabor de boca desagradable entre los ciudadanos, confiando en las mediciones que le dan una diferencia a su favor? Solo ellos lo saben, pero los demás lo confirmaremos la noche del 6 de junio.
En política, los que saben de esto entienden que a veces no es necesario ir a exponer los puntos que se llevan de diferencia, si existe el riesgo de perder una buena parte de ellos. Y también, si llevas una amplia ventaja sobre los demás, no importa que evadas un compromiso de la autoridad, como este.
Y con este escenario, lo que veremos será un debate entre dos: César Verástegui Ostos y Arturo Diez Gutiérrez Navarro, el primero de la coalición PRD-PRI-PAN y el segundo de Movimiento Ciudadano. Lo que puede suceder es que Arturo sea consecuente con la línea que ha manejado tradicionalmente MC en el ámbito nacional y se le vaya encima a Verástegui.
Y aunque sus obuses en contra de Américo se habrán convertido en proyectiles con pólvora mojada, es seguro que dirigirá su artillería en contra del panista. Y así, la jugada de Morena sería redonda: Su candidato cuida su ventaja -la que sea, pero al fin, ventaja-, mientras que el millonario abanderado de MC se gana minutos valiosos de atención, aspira a arañar unos puntitos de los indecisos y el panista podría mantenerse en el mismo sitio.
Es decir, el desaire morenista al segundo debate tendría un efecto con negativos menores en la campaña, que el impacto de los señalamientos que seguramente se le iban a hacer ahí. No obstante, siempre existe el riesgo de que con o sin debate, a la coalición se le puedan complicar las cosas si la alianza PAN-PRD-PRI decide jugar sus demás cartas, poniendo otra vez en el centro de la atención las relaciones sospechosas del diputado Erasmo González Robledo con los hermanos Carmona.
Cierto, hasta ahora ninguna denuncia pública ha prosperado y no existen investigaciones oficiales, pero eso no significa que no pueda suceder algo en los siguientes días.
Es decir, que finalmente en el bando azul hayan entendido que la clave de todo siempre ha sido Erasmo y por ahí se vayan. Por cierto, Erasmo sigue tentando a la suerte y con cinismo aparece siempre pegado a la campaña. Por eso, aunque en el equipo de Américo tratan de sacarle vuelta y de que no se le acerque demasiado a Américo, lo tienen que tolerar “porque es el confidente más cercano de Mario Delgado”, dicen.
ESCOTILLA
Francisco, el gobernador, sigue cumpliendo su rol como jefe real de la campaña tripartidista. El domingo estuvo en Tampico para desayunar con lo más representativo del panismo fuerte de Tamaulipas. En redes sociales leí algunos comentarios de panistas que describían su intervención como si se tratara de una revelación divina.
El de una mujer -funcionaria, por cierto-, casi lo equiparaba con un ser de otro plano existencial. Lo cierto es que el oficialismo estatal está calculando acelerar la intensidad de la campaña, refrendar lealtades y avanzar entre los indecisos.
La idea es llevar las cosas a tal punto, que la última semana y los días de veda previos sirvan para afinar la estrategia del domingo 6, en el que esperan dar la vuelta a las tendencias mediante la movilización de sus estructuras. A ver si les alcanza el tiempo.