CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.- Una experiencias cercana a la muerte, tuvo el conductor de una camioneta, pues de camino al mercado para comprar verdura, perdió el control del volante y volcó hacia un dren pluvial, de poco más de tres metros de profundidad.
Fue en punto de las 7 de la mañana, que los oficiales de tránsito fueron alertados de este percance, que ocurrió en el Bulevar Adolfo López Mateos a la altura de la tienda Walt-Mart Adelitas.
Los oficiales que llegaron al sitio, informaron que se trata de una camioneta Ford Ranger de color arena, la cual yacía volcada sobre el capacete en el fondo del canal del desagüe.
Fue necesario que los uniformados descendieran para confirmar que no se encontrara alguna persona en el interior lesionada.
Al cabo de unos minutos, notificaron vía radio que la unidad estaba abandonada, por lo que no era necesario el apoyo de los paramédicos.
Unas personas que llegaron poco después, se identificaron como los dueños de la unidad, y le explicaron al perito en turno que al momento del percance, un empleado la conducía ya que lo habían mandado a comprar frutas y verduras en el mercado Argüelles.
Ante una larga demora, optaron por llamarle al teléfono celular pero este jamás contestó, por lo que decidieron salir a buscarlo, siguiendo la ruta que frecuentemente hacía.
Fue mediante esta forma que los propietarios, dieron con la unidad al fondo del desagüe y totalmente dañada.
Por su parte, las autoridades viales establecieron gracias al análisis de la escena, que la pick up era guiada de poniente a oriente sobre el bulevar López Mateos.
Metros después de pasar el cruce con la calle Jesús Elías Piña, el exceso de velocidad hizo que el chofer perdiera el control, y se fuera directo contra el dren, chocando primero contra el barandal.
Tras arrancar parte de los tubulares, la unidad de inmediato se fue al fondo, dando una maroma que lo dejó ‘llantas arriba’.
De manera por demás milagrosa, el conductor pudo salir del interior de la cabina, y trepar a la superficie para después huir del lugar.
Al final de las investigaciones, una enorme grúa se encargó de sacar la unidad del fondo y remolcarla hasta los patios de un corralón.
Por Alejandro Dávila
Expreso – La Razón