TAMAULIPAS.- Salvador Camarena imagina una conversación en clave entre dos políticos mexicanos, compadres.
M: Compadre.
A: Dime, compadre.
M: Te voy a hablar en clave, ¿ok?
A: Juega.
M: Vi al número 2.
A: ¿A Jorge Emilio?
M: ¿Qué pasó? Él es mi número 1. ¡EL único y verdadero número 1! Imagina que nos están grabando, me quita la credencial del Verde y luego qué vendo.
A: Ah, perdón, qué wey, sí, ¿a cuál número 2?
M: Al de México, tú me entiendes.
A: Hmmm… ¡Ah!, ya, creo que ya. ¿Y?, ¿qué cuenta?, ¿ya no aguanta al número 1?
M: Oh, espérate. Escucha. Lo vi preocupado. Se enteraron de que expulsarás a los que voten en contra. Dice que qué pasó, que ya habían acordado. Que si no cumples te sueltan a la gobernadora.
A: Mira, hermano, no cumplieron nada. Nunca le cerraron la puerta a Omar, así que Hidalgo se empantanó. En Quintana Roo cumplimos, nos salimos de la alianza ahí –en ese bisne ustedes dos van juntitos, felices verdes y morenos, no te hagas–, pero, ¿qué hay para mí? Ni un terrenito en Tulum. En vez de eso, puras promesas, puro “es que te conviene”, pero también luego luego amenazan con que si no, me van a echar a la gobernadora, y encima hasta dicen que no la pueden controlar; pues eso hubieran pensado antes de hacerla candidata. Yo aquí estoy, pero en vez de hablarme bonito, se van con mi número 2, pues a ver si les cumple.
M: Tú y yo somos hermanos. Por eso me buscaron.
A: Te buscaron porque tú les debes y ya no sabes cómo hacer para que te perdonen, y ellos se aprovechan de tus ansias de quedabien, no te hagas.
M: Hermano, al tema: ¿sí vas a expulsar a los que voten en contra?
A: Awebo.
M: No te calientes, granizo. Mira, mejor arréglate. A poco no quieres estar como yo: que si la prensa publica una investigación de que faltan cientos de millones de pesos por aparecer de cuando fui gobierno, ni a la mañanera llega el tema. Que si luego dicen que millones de pesos desaparecieron en camionetas de resguardo y hasta facturamos el servicio, no te diré que me felicitan por creativo, pero nadie de ellos me retira el habla en el Congreso y ni el SAT me pide cuentas. ¿De verdad no te late esta vida, hermano? ¿Neta no mames con eso de que te creíste lo de ser oposición?
A: Tengo el partido y ellos lo necesitan. ¿Qué ofrecen? ¿Nada? Ni al número 1 he visto. Si los apoyo, ¿qué gano?, ¿que luego me traten como a Ricardo, que ni estatus de corcholata le dan? Estaré pendejo.
M: Te van a romper la madre con tus propiedades.
A: No es nota, ya ha salido en Reforma y qué pasó, nada, quién lee los periódicos, pinches muertosdehambre, gracias al Presidente ya ni modelo de negocio tiene la prensa, en eso sí deberíamos firmar todos los partidos un pronunciamiento a favor del Peje.
M: Jeje. Te pasas. Pero plis, un favor, de compadre a compadre: llámale al 2 y dile que yo te pasé el mensaje, es más, que te rogué. Luego no me vayan a balconear también a mí.
A: Yo les digo: vino su empleado a decirme que por qué no me vuelvo también empleado, pero pos orita no veo que les alcance para contratarme.
M: ¡No te digo! ¿Neta ya te crees opositor? Muy Heberto Castillo, o qué.
A: Oh, pos que me hablen bonito, o qué, a la primera diremos que sí, ni que fuera del Verde.
M: ¡Compadre!